El servicio de taxi en Santiago sigue con vacantes pese a las trece últimas incorporaciones

Xurxo Melchor
Xurxo Melchor SANTIAGO

SANTIAGO CIUDAD

MALENA FERNÁNDEZ

La falta de conductores provoca largas esperas para encontrar un coche

24 sep 2022 . Actualizado a las 00:10 h.

Desde que la pandemia del coronavirus se fue disipando y la vida fue poco a poco recuperando su ritmo normal, en Santiago tomar un taxi se ha complicado y mucho. Paradas vacías y largas esperas cuando se llama al servicio de radio taxi son una constante diaria. Dos factores explican este fenómeno. De un lado, que hay mucha demanda por la masiva llegada de peregrinos y turistas y la recuperación del ocio tras casi dos años de parón. Del otro, que faltan conductores porque, extrañamente, los autopatronos tienen dificultades para firmar contratos.

Uno de los problemas con los que se encontraban los taxistas compostelanos es que aquellos que sí querían aceptar sus ofertas de trabajo carecían del carné municipal imprescindible para poder conducir un taxi en la ciudad. Por ello, el Concello convocó una nueva prueba en julio y desde entonces son ya trece los nuevos conductores que han comenzado a operar.

Sin embargo, esos trece nuevos taxistas no han cubierto todas las vacantes. Sigue habiendo puestos en oferta que no han suscitado el interés de nadie. Algo curioso en un país en el que el paro es uno de los principales problemas de la sociedad. Tan solo que conozca directamente el presidente de la Asociación Compostelana de Autotaxis, Jesús García Gómez, ahora mismo hay disponibles tres contratos más de taxista para los que nadie ha querido firmar, lo que hace que esos vehículos no puedan operar en todos los turnos y que haya menos taxis en la calle.

Hace tiempo que la falta de conductores en Santiago lastra un servicio público como es el de taxi. Un problema que se ha hecho especialmente visible en el verano porque la ciudad ha vuelto a la normalidad poscovid desatando un interés turístico sin precedentes que ha llenado los hoteles y también ha disparado la necesidad de taxis.

Y todo apunta a que la situación no va a mejorar cuando acabe la temporada estival. En primer lugar, porque el flujo de peregrinos no se va a detener y ya ha superado al año récord del 2019, pero es que además el fin de la pandemia del coronavirus también traerá de la mano la recuperación de los congresos en la ciudad. Y esta actividad dispara como ninguna la demanda de taxis, ya que los participantes suelen llegar en avión, tren y autobús y necesitan que los recojan en el aeropuerto y la intermodal para después dirigirse a sus hoteles y demás destinos.

Una reordenación del tráfico para optimizar recorridos y evitar atascos

Los taxistas son conscientes de que el servicio se está viendo afectado por la falta de conductores y que esto está provocando esperas más largas de lo normal para encontrar un coche en la calle. Advierten, sin embargo, que el sector está haciendo todo lo posible por lograr más trabajadores, pero que hay otras situaciones que no está en su mano solventar y que también contribuirían a mejorar el servicio.

Una de ellas, explica el presidente de la Asociación Compostelana de Autotaxis, Jesús García Gómez, sería permitir que los taxis, como servicio público que son, pudieran circular por zonas actualmente prohibidas o hacer giros en determinados puntos para hacer más rápidos sus recorridos y permitirles esquivar cuellos de botella. «Nosotros lo que no podemos hacer son milagros y en Santiago, de 14.30 a 15.30 horas y de 20.30 a 21.30, los atascos muchas veces nos ralentizan y hacen que los clientes esperen», explica. Y pone un ejemplo reciente con él como protagonista. «El otro día tarde veinte minutos en llegar desde donde estaba a recoger a un cliente en un hotel cuando solo eran 300 metros de distancia. Cuando llegué, ya se había ido», relata.

Para ello, han iniciado conversaciones con la concejalía de Mobilidade con el fin de agilizar algunos recorridos con modificaciones puntuales en algunas zonas. «Por ejemplo, antes podíamos pasar por Pexigo de Arriba y nos servía para evitar la plaza de Galicia. Ahora no y nos gustaría recuperarlo», señala García Gómez.