Abre en Santiago O Bochinche, un tributo a la pulpería de siempre con un punto moderno

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Xulio y Brais, de O Bochinche, dicen que el cierre de pulperías emblemáticas como El Puente, «donde nos juntábamos siempre todos los amigos», o el antiguo bodegón Os Concheiros, fue un «punto de inflexión» para definir el concepto de O Bochinche. El negocio (en el antiguo bajo de Gomistar) abre de martes a sábado, de 13.30 a 15.30 y de 20.30 a 22.45 horas, y los domingos de 13.30 a 15.45 horas.
Xulio y Brais, de O Bochinche, dicen que el cierre de pulperías emblemáticas como El Puente, «donde nos juntábamos siempre todos los amigos», o el antiguo bodegón Os Concheiros, fue un «punto de inflexión» para definir el concepto de O Bochinche. El negocio (en el antiguo bajo de Gomistar) abre de martes a sábado, de 13.30 a 15.30 y de 20.30 a 22.45 horas, y los domingos de 13.30 a 15.45 horas. MALENA FERNÁNDEZ

Tres treintañeros, exalumnos de la escuela de hotelería de A Barcia, están al frente del nuevo negocio del barrio de San Pedro

24 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace apenas tres meses abrió en la rúa de San Pedro un nuevo negocio, O Bochinche, donde tres exalumnos del Centro Superior de Hostelería de Galicia rinden su particular tributo a las pulperías de siempre. Con bancos corridos, palomas y vino de barril, su propia carpa al fondo y los fogones prácticamente a pie de calle, son muchas las referencias populares que transportan al comensal a un ambiente festivo, de feira y compadreo. Detrás de este establecimiento de Santiago están dos compostelanos -amigos desde la infancia-, Brais Lobato y Xulio Rey, además de un mondaricense, Alejandro Pérez.

La pandemia, cuentan, fue el detonante de una serie de conversaciones en las que se fraguó O Bochinche, compartiendo «inquietudes y complicidad gastronómica». En el verano del 2020 empezaron a ver locales y, aseguran, acabar en el barrio de San Pedro no fue una casualidad: «Es un proyecto humilde, que nace con sentimiento de barrio y para el barrio». Con el pulpo como estrella principal, no solo preparan la receta más tradicional —servida en plato de madera— sino también una versión a la plancha, al igual que hay churrasco clásico con chimichurri y la opción confitada, además empanada, ensaladilla, bacalao o una ensalada de tomate con bonito de Burela. Y, de postre, torrija de brioche, queso con membrillo, helado artesano al corte o Comtessa con virutas de chocolate. Tradición y modernidad se mezclan en una carta corta, pero muy jugosa, que aspira en la pulpería y casa de comidas a satisfacer tanto «al público que busca el pulpo y el churrasco de toda la vida como al que reclama una técnica o sabor fuera de lo común, aplicando los procesos que aprendimos en nuestros estudios y en los restaurantes de gama media-alta en los que trabajamos hasta ahora», destacan los socios, quienes explican que irán adaptando su oferta a la temporada y demanda.

Xulio avanza, además, que su idea es, en un futuro, tratar de dinamizar las noches en los días menos concurridos con actuaciones u otro tipo de espectáculos en un nuevo guiño a la cultura gallega, en la que «la música está muy presente, y poder entrar por la puerta a ritmo de orquesta o sesión vermú». Los colores tampoco han sido elegidos al azar y la barra de la entrada es de azulejo azul, en un tono similar al de Sargadelos, y hay pinceladas de rojo, «un color muy típico de la restauración y que hace referencia también al pimentón». En el baño, reconocen los socios de 35 años, quisieron sorprender con un tono rosa.

La acogida, dicen, está siendo «muy buena» y «nos hace gracia que vengan también personas mayores buscando las situaciones de siempre, porque más allá de la experiencia gastronómica queremos que sea un sitio en el que la gente venga a disfrutar, a pasárselo bien, y en donde se sientan como en casa», destacan los propietarios del restaurante. Entre sus habituales están ya caras conocidas de la escena musical como el artista compostelano Manuel González (más conocido como Chicho), de Ortiga, quien es amigo personal de los dueños del negocio, y hasta hay una guitarra suya que ya forma parte del decorado del local. Y Carlos Pereiro (Carlangas, excomponente de Novedades Carminha) celebró aquí su cumpleaños muy bien rodeado. 

¿Y de dónde viene el nombre? «La palabra bochinche nace de las cárceles argentinas y se refiere al barullo o al alboroto. Ya mi abuela decía que había que irse de un lugar porque había mucho bochinche. Y, en la parte norte de Galicia, es como se llama al bar de la comisión de fiestas, y nosotros jugamos con ese eje entre la verbena, la romería, la pulpería y la taberna. Además, bochinche también significa buche o sorbo, y es una palabra que por su propia sonoridad nos gustaba», responde Brais. 

MALENA FERNÁNDEZ