Raxoi redobla su ofensiva para tratar de borrar las huellas de los grafiteros en Santiago

lEILA fERNÁNDEZ / s. l. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

PACO RODRÍGUEZ

El Concello destina cada año miles de euros a eliminar borrones en las calles

16 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La costumbre de ver grafitis en la calle hace que los viandantes ni se fijen en ellos, e inevitablemente ya se han vuelto parte de la ciudad, pero basta con prestar un poco de atención para darse cuenta de la invasión que suponen para el espacio público. Entre figuras, palabras y lemas, lo que más abunda son los nombres, o al menos supuestos nombres, ya que la tipología utilizada en la mayoría de ellos los convierten en ilegibles. Se repiten a lo largo de las calles, como si de una firma se tratase, quizás con la intención de marcar el territorio o quizás por puro aburrimiento. Un caso llamativo fue el del famoso monstruo que apareció plasmado en múltiples portalones de garajes de la ciudad, hace ya más de una década, y que a día de hoy todavía se puede ver.

Puertas, ventanas, muros, contenedores y, sobre todo, garajes, son blancos fáciles para los grafiteros, que aprovechan hasta el más mínimo espacio para plasmar sus creaciones. De hecho, en Santiago hay más grafitis incluso de los que se ven: la saturación es tal que pintan por encima de los diseños más antiguos, dejándolos prácticamente ocultos. La creencia de que los grafiteros tienen por norma emplear como lienzo viejos muros o zonas en desuso no se cumple en este caso, pues ya no distinguen a la hora de escoger lugar y no se mantienen en zonas apartadas, sino que invaden incluso lugares turísticos.

El Concello de Santiago ha gastado 80.000 euros en los últimos meses en el servicio gratuito de limpieza de pintadas, con la intención de librar a los edificios del casco histórico de estas «obras de arte». Después de realizar 250 intervenciones en puertas, portalones y otros elementos de carpintería, la zona no ha quedado despejada del todo, pues todavía se ven algunos grafitis. Y en el resto de Compostela la estampa se repite. A solo unos metros, el Ensanche es de los barrios más afectados. De ahí que el Concello haya puesto en marcha de nuevo el servicio de limpieza gratuito, pero ahora ampliado a toda la ciudad —con un presupuesto de 100.000 euros en esta ocasión—, bajo la premisa de luchar contra el vandalismo y el feísmo que provoca en la capital gallega.

Mientras Raxoi continúa destinando dinero de las arcas municipales para hacer ver a los grafiteros que las pintadas se eliminarán, Compostela se llena de obras artísticas a gran escala. Murales como el de Soledad, a Poppins de Sar, en Pontepedriña, o el de la calle Rapa da Folla, al más puro estilo Guernica, son una muestra de expresión del verdadero arte urbano, que también se puede ver, por ejemplo, en el muro del IES Antón Fraguas, en Fontiñas. A esta iniciativa se suman cada vez más negocios, que optan por decorar el exterior de sus locales con coloridos diseños, en parte por cuestiones estéticas y en parte también motivados por el interés en evitar que los grafiteros decoren sus puertas y cierres.

«Pintamos algo bonito para que non fixeran grafitis por encima»

La Administración de lotería número 12, Loterías Galeras, es uno de esos negocios que ha decorado su persiana para esquivar el vandalismo de los grafiteros. «Fixéronnos unha gamberrada. Escribiron unhas letras amarelas bastante grandes», lamenta el dueño, que admite que en un principio iba a cubrirlas con pintura azul. Al final se le ocurrió contratar a un artista para que dibujase algo, porque «senón algún vándalo ía volver a facelo, así que pintamos algo bonito para que non fixeran grafitis por encima». El diseño escogido fue el calvo de la lotería de Navidad, por ser un reconocido emblema del negocio, y lo realizó el artista Miguel B. Bazarra. Desde que, el 22 de mayo, plasmó la ilustración en la persiana, Loterías Galeras no ha vuelto a sufrir ningún tipo de pintada, confirmando así la norma no escrita de que los grafiteros respetan el trabajo de sus compañeros artistas.