Dos universitarios abren en Compostela un «take away» de filloas rellenas

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Las filloas de Riquiñas desembarcaron en Santiago el mes pasado. Al frente del negocio están Víctor Gómez (en la foto, a la izquierda) y Rubén Fraga (derecha), respaldados por dos empleadas en el arranque de la marca, Katia Baluja y Elisa Romero. Elaboran una media de 160 unidades saladas y 145 dulces al día, aunque llegaron a superar las 450 en las fiestas.
Las filloas de Riquiñas desembarcaron en Santiago el mes pasado. Al frente del negocio están Víctor Gómez (en la foto, a la izquierda) y Rubén Fraga (derecha), respaldados por dos empleadas en el arranque de la marca, Katia Baluja y Elisa Romero. Elaboran una media de 160 unidades saladas y 145 dulces al día, aunque llegaron a superar las 450 en las fiestas. CEDIDA

Riquiñas, en el casco histórico, aspira a expandirse a nivel nacional a largo plazo

05 ago 2022 . Actualizado a las 10:11 h.

Sus caminos se cruzaron en la facultad y juntos han puesto en marcha, con solo 21 años, un nuevo negocio en pleno casco histórico de Santiago. El ordense Rubén Fraga y el boqueixonés Víctor Gómez están detrás de Riquiñas, un local de filloas gourmet rellenas para llevar que aspira a convertirse a largo plazo en una marca nacional. Estos dos universitarios inconformistas, estudiantes de cuarto curso de Administración e Dirección de Empresas en la USC, buscaban un modelo de negocio con el que adentrarse «no mundo empresarial para poder poñer en práctica os coñecementos que estamos a estudar na carreira», relatan.

Llenos de inquietudes, deseaban montar un negocio productivo que fuese también «unha fonte de motivación». Querían «enxalzar a gastronomía galega, e visualizamos a filloa como o produto tradicional máis versátil na cociña moderna», explican. Contactaron con diferentes chefs y cocineros para diferenciar su proyecto, cuentan los veinteañeros, que presumen de ser el primer establecimiento de comida callejera o para llevar especializados en filloas. La receta tradicional del amoado se la dio una mujer de Lestedo que participa cada año en la exaltación de este plato en la popular fiesta local, Carmen Mella. Y, a partir de esa base, «pretendemos levar o produto típico galego á vangarda da cociña actual», utilizando «ingredientes locais de calidade», destacan.

Arrancan con una carta de siete filloas saladas cuyo precio oscila entre los 3,7 y los 2,7 euros (de pulpo, langostinos, jarrete, lacón con grelos, cebolla caramelizada con queso de cabra, espárragos con champiñones, y chicharrones con queso); otras tantas dulces a partir de los 2,1 euros (de fresas con nata, Cointreau con naranja, de pastel de manzana, tarta de la abuela, tropical vegana, tarta de queso o queso con membrillo); además de cuatro tipos de filloas con helado a 3,90 euros. Sin embargo, la de Riquiñas será una carta estacional en la que se irán cambiando las propuestas, quitando unas y añadiendo otras. De hecho, en breve «faremos unha nova filloa salgada, de chourizo ao viño», anuncia Víctor, quien indica que la rotación es una forma de «que non sexa tan monótono para nós nin para o cliente».

Con esta fórmula, en la rúa dos Bautizados (entre Porta Faxeira y O Toural) ansían poner en valor la gastronomía y cultura local desde la capital gallega y, en un tiempo, esperan poder expandir su marca a nivel nacional, «ofrecendo os sabores da calidade da cociña galega e unha cálida atención». Por el momento, pueden presumir de que ya han probado sus filloas desde políticos como Ovidio Rodeiro hasta turistas y vecinos de la ciudad. Salidas de un filloeiro para siete unidades, los socios construyeron un elemento central encintado en piedra sobre el que elaborar las filloas. «A moitos parécelles que é un pozo, pero non», comentan divertidos.