Lenguaje

Cristóbal Ramírez

SANTIAGO CIUDAD

18 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

A insistente petición de una buena amiga, hoy voy a escribir esta columna en lenguaje inclusivo. Pero le he dicho a esa amigue que soy periodista, no perdiodiste. Tampoco soy periodist@, y menos periodistx, pero ella insiste en que así colaboro contra esa lacra que es el machismo (¿o machisme?), y que así pueden feminizar (¿se dice así?) algunas profesiones, como la de sobrecargo del avión, no va a decirse sobrecarga, que entonces igual no remonta vuelo el aparato, así que con sobrecargux, listo. O la cabo del Ejército, que no puedes decir caba, y con cabx se arregla.

En eso tiene razón mi amigue, que aclaro que no es sobrecarg@ ni tiene nada que ver con la aviación (iba a poner con los aviones, pero ya no sé si escribir avionos o avionas o qué). Lo cierto es que dudo de qué lenguaje inclusivo utilizar. Me gusta el de los suecos, metiendo el neutro en los artículos determinados. Pero no me suena muy bien, la verdad, decir lo niño llegó a lo casa en lo coche de lo papá y de lo mamá y cogió lo gato.

No, definitivamente no. Lo alemanes no me convencen. ¿Se imaginan un titular diciendo el maestrlo le dijo a su hijlo que dejara en paz al perrlo? Pronúncienlo si se atreven. Para eso prefiero a los franceses diciendo el mestr·o le dijo a su hij·o que dejara en paz al perr·o. Lo de insertar un asterisco o un guion ya no lo entiendo, directamente, así que no voto por ellos porque a ver dónde se ponen.

Yo creo que si todes nos ponemos a escribir en lenguaje inclusivo (de acuerdo, primero hay que acordar en cuál) los cimientos de la Real Academia van a temblar. Y hasta Putin no lo va a tener tan claro como ahora. Y ya no hablo de los rifirrafes políticos. Primero lo importante.