Los auténticos «pastéis de nata» portugueses llegan a la rúa do Franco

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

El pastelero Raúl y la dueña Jakelín muestran el producto artesanal de Lisbon Natas Ateliê. La tienda abre de martes a domingo de 9 a 21 horas. Dispone de unas mesas en la parte de abajo para disfrutar allí mismo de sus dulces, cafés y vinos con un fado sonando de fondo. En redes sociales ya han recibido el aplauso de peregrinos y turistas portugueses por la autenticidad de su producto.
El pastelero Raúl y la dueña Jakelín muestran el producto artesanal de Lisbon Natas Ateliê. La tienda abre de martes a domingo de 9 a 21 horas. Dispone de unas mesas en la parte de abajo para disfrutar allí mismo de sus dulces, cafés y vinos con un fado sonando de fondo. En redes sociales ya han recibido el aplauso de peregrinos y turistas portugueses por la autenticidad de su producto. PACO RODRÍGUEZ

El hijo de un pastelero de Viana do Castelo abre Lisbon Natas, con un obrador propio en pleno casco histórico de Santiago

24 jun 2022 . Actualizado a las 10:08 h.

Los grandes tesoros de la repostería portuguesa han llegado al casco histórico de Compostela. Sus famosos pastéis de nata —unas dulces tartaletas de crema, de masa dorada y crujiente—, así como otras de las elaboraciones tradicionales de las confeitarias, han conquistado la mismísima rúa do Franco con la apertura de Lisbon Natas Ateliê. El local abrió sus puertas hace justo un mes y su propietario es Pedro Miguel Brandao, un empresario de la zona de Viana do Castelo de 36 años, nacido en Labruja (Ponte de Lima), «unha freguesía pola que pasan os Camiños de Santiago», destaca.

Hijo y hermano de pasteleros, explica que creció entre pastéis de nata y le tocó también hacerlos en más de una ocasión, aunque acabó dedicándose al sector del transporte. Cuenta que «Santiago sempre me gustou, e xa vendía pastéis de nata dende hai anos para supermercados de toda España. Sempre quixen abrir un local propio e pensei que o mellor emprazamento era aquí, nunha zona boa, pola que pasa moita xente. Faltaba un espazo portugués, con bo café e con produto noso, o auténtico, feito de forma artesanal, porque aquí ves moitas imitacións». Y Pedro confió esta delicada tarea en Raúl, un maestro repostero que trajo de Lisboa. «Os pasteis fanse aquí mesmo cada día, no noso obradoiro, e el os sabe facer como ningún. Se te fixas ben podes ver cómo traballa a través da ventá, dende a rúa. El empeza ás oito a traballar, abrindo a masa para darlle forma coas súas mans, botándolle a crema e enfornando. A receita é a tradicional, sen invencións, o puro pastel portugués, como o que se come en Lisboa. A única alteración posible é o topping, para quen lle queira por enriba limón, coco, chocolate ou caramelo», explica el dueño de Lisbon Natas.

Allí trabaja también su mujer, Jakelín, de 32 años, como responsable del negocio. Ella es venezolana y su hija nació en España, por lo que «se adaptaban mellor acá e Santiago era a miña primeira opción», indica Pedro. En el nuevo local santiagués también ofrecen bolas de Berlín, miniaturas o bolos do día, además de «un café de excelencia», subraya. «Nós, en Portugal, temos unha cultura moi forte do café. Gústanos o café curto, intenso e incluso temos un tratamento das máquinas diferente para coidar o sabor. Aquí temos un dos mellores produtos, o café Delta, máis famoso en Portugal, da variedade Ruby, a máis alta das Delta. E o que toma café aquí volve», afirma orgulloso un hombre tan cafetero como goloso, confiesa. También vende en la tienda vinos de Oporto, «que casan moi ben cos pastéis, son irmáns del». Entre las propuestas bebibles se incluye, además, el Cómpal, un néctar portugués de frutas, y el Porto Tonic, «unha opción moi refrescante e con burbullas que se bebe moi fresco e véndese moi ben no verán».