Luces y sombras del tráfico en Santiago

Xurxo Melchor
Xurxo Melchor SANTIAGO

SANTIAGO CIUDAD

El recinto del Hospital Clínico es un caos diario en el que resulta muy difícil aparcar
El recinto del Hospital Clínico es un caos diario en el que resulta muy difícil aparcar PACO RODRÍGUEZ

La circulación es lo que menos convence a los compostelanos de su ciudad, pese a logros tan significativos como sumar seis años sin víctimas mortales

31 may 2022 . Actualizado a las 22:13 h.

La última encuesta de Sondaxe señala de forma muy clara qué es lo que menos convence a los compostelanos de su ciudad: el tráfico. Lo puntúan con un aprobado raspado, un 5,20, que contrasta con las buenas calificaciones que otorgan a otros servicios como los parques y jardines (7,39), la seguridad ciudadana (7,66) o la limpieza (6,49). Una nota baja de la que tienen culpa aspectos no resueltos como la falta de aparcamientos en puntos como el Hospital Clínico o zonas conflictivas como el nuevo nudo de Concheiros o la aún inconclusa reforma de la calle del Hórreo. Entre las luces destaca la drástica bajada de la siniestralidad, con ya casi seis años sin víctimas mortales en la zona urbana de Santiago.

accidentes mortales

El último fallecido fue en septiembre del 2016. Un hombre que cruzó mal la avenida de O Restollal el 27 de septiembre del 2016 sigue siendo la última víctima mortal en accidente de tráfico en la ciudad. Todo un logro que contrasta con los ocho fallecidos de 1989, los siete de 1991 o los cinco que se alcanzaron en 1992, 1993, 1994, 1996, 1998, el 2003 o los más recientes cuatro del 2013. Además, 2014 y 2015 también fueron años sin muertos en las calles de Santiago, un logro colectivo en el que ha sido clave la eliminación de puntos negros, la mejora de la señalización, la reducción de la velocidad de circulación y las exitosas campañas de educación vial.

reformas de vías

De la avenida de Castelao a Clara Campoamor. En los buenos datos de siniestralidad viaria que presenta Santiago han sido determinantes las reformas de algunas calles que eran especialmente problemáticas y que, gracias a la reducción de carriles, la limitación de la velocidad máxima autorizada, la instalación de badenes o cojines berlineses o la presencia de radares y fotorrojos han dejado de ser puntos negros. Entre esas reformas, que en todos casos también han incluido una mejora de la señalización, destaca la avenida de Castelao, que pasó de ser foco frecuente de atropellos a no volver a dar problemas graves. Otro ejemplo de remodelación exitosa es la calle Clara Campoamor, que pese a las dudas que planteaba el proyecto ha demostrado funcionar a la perfección y no ser el cuello de botella que se pensaba pese a que es la vía de entrada y salida a la nueva estación de autobuses.

falta de aparcamientos

La cotidiana desesperación en el Hospital Clínico. La falta de aparcamientos es un problema común a la mayoría de las ciudades y Santiago no es una excepción. Es, sin duda, uno de los elementos que hacen que los compostelanos puntúen a la baja el funcionamiento del tráfico en la encuesta de Sondaxe. En este caso, las luces están en el buen funcionamiento de las plazas reservadas para estacionamientos de 15 minutos, que se han multiplicado por la ciudad y permiten hacer gestiones rápidas en el centro. La más oscura de las sombras está en el Hospital Clínico, donde cada día se ven atrapados miles de conductores que tienen que acudir al centro médico. En el recinto hay coches aparcados en cualquier lugar, aceras incluidas. Es un caos mayúsculo del que solo pueden escapar aquellos que pueden permitirse dejarlo en una de las 404 plazas del párking subterráneo de Choupana, el más caro de la ciudad que cobra nada menos que 6,70 euros por las tres primeras horas, un tiempo nada inusual si se va al hospital. Ante las quejas, la Consellería de Sanidade asegura que sus competencias solo atañen al funcionamiento del complejo y no a los estacionamientos.

puntos conflictivos

El nudo de Concheiros y la calle del Hórreo. En la actualidad, dos son los puntos calientes en Santiago en lo que al tráfico se refiere y ambos están todavía en obras. Uno es el nuevo nudo de Concheiros, en el que el Concello ya ha instalado radares informativos para evitar los excesos de velocidad que se dan en una plaza de preferencia peatonal y por la que pasan cientos de peregrinos al día. Además, ya se ha anunciado que se van a reducir los dos carriles actuales a solo uno. El otro es el Hórreo en el tramo frente a la estación de tren. El punto de mayor conflictividad es la rotonda superior, en la que es frecuente que los vehículos hagan rectos poniendo en peligro al resto. Además, la vía soporta una gran densidad de tráfico y la otra rotonda, la de la Galuresa, actúa como un cuello de botella, por lo que las retenciones son muy frecuentes. El Concello esperará a que concluyan los trabajos antes de pensar en qué medidas tomar.