Ligar con alguien de la mesa de al lado en este pub de Santiago es pan comido

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Nerea Bello y Martín Zarauza, en el pub Lucille de la rúa Santo Agostiño, donde hace años estaba el Sant-Yago.
Nerea Bello y Martín Zarauza, en el pub Lucille de la rúa Santo Agostiño, donde hace años estaba el Sant-Yago. XOAN A. SOLER

El Lucille es el primer local de encuentro para solteros a través de la «app» 2kisses en Galicia

23 may 2022 . Actualizado a las 16:17 h.

Ligar es todo un arte y el primer paso es uno de los más difíciles. Sin embargo, las aplicaciones móviles son ahora un aliado. No solo localizan a otras personas solteras que se encuentren cerca sino que ayudan también a romper el hielo, evitando presentaciones incómodas. Y a Galicia ha llegado una nueva app para conocer gente nueva. Se llama 2kisses y, por el momento, tiene como puntos de encuentro las tres universidades de la comunidad autónoma y un pub de Santiago, el Lucille, donde interactuar con alguien de la mesa de al lado ya es pan comido.

Los clientes conectados a la aplicación, sabrán si hay candidatos a su alrededor, incluso si son de su agrado, si se dan match. A partir de ahí, pueden establecer contacto a la vieja usanza o hacerlo virtualmente, a través del canal que decida compartir cada usuario (ya sea un móvil, un correo electrónico o cuenta de Instagram). Cuenta Nerea Bello, al frente del pub del casco histórico compostelano -en Santo Agostiño- que empezaron a colaborar con 2kisses hace muy poco, pero confía en que funcionará bien. «Lo primero que tienes que hacer al llegar es activar la ubicación», señala, e «identificas a los otros solteros por sus fotos de perfil».

Cuando le propusieron desde 2kisses ser punto de encuentro, dice, «me pareció una idea interesante», más ahora que han empezado a abrir por las tardes, a partir de las 16.30 horas. El negocio, dirigido por la santiaguesa de 33 años y su marido Martín Zarauza, otro compostelano de 39 con una amplia experiencia en el sector del ocio nocturno, abrió sus puertas en marzo del 2019. Aún no habían recuperado la inversión hecha cuando llegó el confinamiento. «No podemos cerrar, me decía. Tenemos que acabar de pagar esto», relata Nerea. Tras unos meses «muy difíciles», lograron salir a flote «con la ayuda de nuestra clientela que, en cuanto se pudo abrir como cafetería, hacían por venir hasta aquí por el día para tomarse un café», recuerda agradecida.

«Fuimos aguantando, con el apoyo de la familia, porque esta era nuestra fuente de ingresos y el sueño de Martín, que dejó su anterior empleo para abrir un negocio suyo. De hecho, esto es reflejo de sus gustos musicales, está decorado con un punto de rock blues y se llama Lucille por la guitarra de B.B. King, que es uno de sus artistas favoritos. Queríamos que fuera un sitio diferente, con personalidad, y que quien nos visite se sienta como en su casa», explica ella, quien compagina este trabajo con las clases como monitora de zumba y, aunque dejó aparcada su faceta de cantante de orquesta (fue durante 13 años vocalista del grupo Zeltia), nunca se terminó de apartar de los escenarios junto a otras bandas, ya sea Cachas&Cousins o Xoubas.

¿Y qué público es el que frecuenta su local? «La mayoría están entre los 25 y los 40», responde la pareja, que siempre aspiró a que haya música en directo en su terraza (en los últimos tiempos ha sido complicado, afirman) y a elaborar su propia carta de coctelería, aunque los clásicos allí nunca fallan.