En lo que respecta a la Xunta, que es la que ha ejecutado la obra, la idea es aumentar la intensidad de la tira de luz verde y roja que marca en el suelo el paso a los peatones, ya que de día es poco visible. También se está valorando añadir nuevos elementos de balizamiento. Además, Infraestruturas advierte que el espacio ya se diseñó de forma flexible con la posibilidad de reducir los actuales dos carriles por cada sentido a solo uno o disponer los itinerarios de forma distinta.
La consellería, no obstante, cree que aún es pronto para tomar decisiones y que hay que evaluar los cambios en los hábitos de los conductores». La Xunta defiende la obra, en la que ha invertido tres millones de euros, y estima «incuestionable» que se ha mejorado estética y funcionalmente un punto que era de los de tráfico más complicado de Santiago conjugando la circulación de vehículos con el paso de peatones y peregrinos.