«Lo único bueno de la pandemia es que la gente ha vuelto a los libros»

FErnando Molezún A CORUÑA / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

EDUARDO PEREZ

Cuenta con una nueva librería de 400 metros cuadrados en la avenida de Fisterra

13 mar 2022 . Actualizado a las 21:24 h.

Alita Cómics, librería que se ha convertido en sus veinte años de historia en todo un referente en el sector, abre nueva tienda. 400 metros cuadrados situados en el número 99 de la avenida de Fisterra, frente al parque del Paseo das Pontes, que se suman a la tienda que conservan en el Orzán y a la que tienen también en Santiago de Compostela. Detrás de todo esto está Juan Carlos Sanmiguel, intentando recuperarse de una reforma y una mudanza en la que lleva muchos meses metido pero que, por fin, da sus frutos.

—Esta apertura supone el cierre de la tienda original.

—Veinte años estuvimos en ronda de Nelle y le tengo un cariño especial a esa tienda. Pero llevábamos mucho tiempo con humedades y otros problemas en el edificio. Queríamos hacer algo nuevo y reformar aquel local no era viable. Así que nos metimos en la reforma de este local que hace mucho tiempo albergó juegos recreativos, así que tiene cierta esencia friki histórica.

—La obra ha sido larga. ¿Satisfecho con el resultado?

—Estoy encantado. Yo crecí en esta zona, además. La ubicación es genial, al lado del parque de Santa Margarita. La toma de renovación del aire da precisamente al parque y entra olor a eucalipto. El concepto del lujo ha cambiado con el tiempo, ahora el lujo es el espacio. De poco sirve que tengas un millón de cómics apelotonados en un sitio en el que tienes que entrar de lado. Al final es lo mismo, pero mucho mejor. Y nos ha permitido contratar a una persona más.

—Lleva apenas una semana abierta. ¿Qué tal la recepción?

—Está funcionando muy bien, no para de entrar gente. Y eso que, por ahora, tenemos la mitad del material que teníamos expuesto en ronda de Nelle, porque ha sido una mudanza exprés. Todavía estamos asentándonos. Pero trasladaremos las actividades, las presentaciones y los obradoiros de cómic que estábamos haciendo en el Orzán a esta librería. Y tendremos una amplia zona de juegos y otra dedicada al libro infantil, en la que poder soltar a los niños y que disfruten, o una zona en la que tomar un café o un refresco. Además, ampliaremos el concepto de la tienda.

—¿En qué sentido?

—Hemos encargado unas estanterías de diseño propio al estudio LCG Arquitectura, que son los responsables de la reforma, y vamos a colocarlas en la zona de la entrada. Son unos cincuenta metros cuadrados que van a funcionar como una librería especializada dentro de una librería especializada. Los vamos a dedicar a libros de arquitectura, diseño, fotografía, arte, viajes... Hemos hablado con las principales editoriales y distribuidoras como Taschen o Phaidon y nos han dicho que les encanta el proyecto.

—Después de esto, ¿le queda algún reto a Alita Cómics?

—¡De mudanzas no quiero saber más, eso seguro, que sueño con que estoy cargando cajas! Yo, personalmente, lo que quiero es ir a recorrerme Estados Unidos de costa a costa con mi pareja [ríe]. Pero sí que tenemos nuevos retos, como el de la tienda on line.

—¿Pero no se contradice el invertir tanto en una tienda física para potenciar después la venta a través de Internet?

—En absoluto. Precisamente ahora tenemos espacio suficiente para dedicarle un espacio a la gestión de los pedidos on line. Esto nos va a permitir cuidar el servicio, la paquetería... Ser más eficientes. Muchas librerías lo ven como algo residual, ponen la caña a ver si alguien pica, pero no hacen mucho más. Y no te digo que hagamos pesca de arrastre, pero es un nicho que hay que cuidar. Cada vez hay más demanda.

—Llama la atención una apertura como esta en un momento tan delicado como el actual.

—Pero es que es un buen momento. En lo que respecta al cómic estamos viviendo una época magnífica. Si miras las listas de los libros más vendidos en España, de los diez primeros la mitad son cómics. Incluso muchas librerías generalistas se están animando a venderlos. Es quizá lo único bueno que nos ha dejado la pandemia, las librerías hemos salido reforzadas porque la gente ha vuelto a los libros.

«Abrí la primera tienda con lo que fui ahorrando de limpiar cristales con mi padre»

Alita cumple veinte años este 2022. Probablemente haya mucha gente esperando una gran fiesta, aunque Sanmiguel da el aniversario por celebrado: «¿Te parece poco abrir una tienda de estas dimensiones?», exclama.

—Tampoco han hecho una inauguración oficial de la nueva tienda.

—Queríamos estar abiertos el día 5 porque fue la primera vez que se celebró en España el día del Cómic. Era fundamental. Tuvimos a diferentes autores firmando e incluso vino una amiga de la tienda de Santiago que se hizo un cosplay maravilloso del personaje de Alita para que la gente se fotografiase con ella. Vino mucha gente, pero no quisimos hacer una fiesta, como hicimos en la inauguración de la tienda de Santiago, porque con la pandemia no creo que sea el momento.

—¿Cómo se le ocurrió, hace veinte años, abrir una librería especializada?

—Yo era un chaval que se tragaba cuanto cómic se publicaba, y gracias a Viñetas desde o Atlántico conocí a la gente dela librería Mazinger de Ourense. Nos hicimos colegas y cuando abrió aquí la tienda en la calle Barcelona empecé a trabajar en ella. Por las mañanas curraba limpiando cristales con mi padre y por la tarde me iba a la librería, que por aquel entonces, dedicadas al cómic, estaba Tanxencias y poco más. Pero al cabo de unos meses decidí montármelo por mi cuenta con el dinero que había ahorrado trabajando con mi padre. Y en la Navidad del 2002 abrí en la ronda de Nelle, al lado de mi casa.

—¿Conserva la pasión de aquellos años o se ha convertido en un empresario sin más?

—Ser librero es muy bonito, pero corres el riesgo de no llegar más allá de tu mostrador. En esto tienes que ser 50 % librero y 50 % empresario. Si no, no funciona.