Jacques Isaac: «Los tres dejamos el cine por la panadería sin pensar lo lejos que llegaríamos»

Olalla Sánchez Pintos
Olalla Sánchez SANTIAGO DE COMPOSTELA

SANTIAGO CIUDAD

El parisino Jacques Isaac (en primer plano) y los gallegos Alberto Neira y Mónica Abeijón (detrás), que se conocieron en el estudio de Bren Entertainment, abrieron en el 2013 en la calle Santiago de Chile el primero de sus tres despachos de pan en Santiago
El parisino Jacques Isaac (en primer plano) y los gallegos Alberto Neira y Mónica Abeijón (detrás), que se conocieron en el estudio de Bren Entertainment, abrieron en el 2013 en la calle Santiago de Chile el primero de sus tres despachos de pan en Santiago Sandra Alonso

El parisino aclara las claves del éxito de La Bulanxerí, la panadería que en solo nueve años suma tres despachos en Santiago. Este año dan el salto a A Coruña

04 mar 2022 . Actualizado a las 11:51 h.

Nunca altera su suave tono de voz, ni cuando se ilusiona hablando del pan. «Si hay algo que me recuerda mi infancia en Francia son los bollitos y los croissants», señala risueño Jacques Isaac, el parisino de 46 años que impulsó en Santiago junto a Alberto Neira, de 51, y Mónica Abeijón, de 47, La Bulanxerí, la panadería que en solo nueve años suma numerosos reconocimientos, como el de la Ruta Española del Buen Pan. Un éxito al que llegan sin haberse bregado desde el comienzo en el oficio. «Procedemos del audiovisual, nos conocimos en Bren Entertainment. Yo fui el que los lio», aclara sobre el cambio.

Tras estudiar Artes y Tecnología de la Imagen y comenzar a despuntar en Madrid, recala en el 2002 en Compostela, en ese estudio del grupo Filmax, donde ascendió a director técnico. «A nosotros nos coincidió la época dorada de la animación en Galicia con filmes como P3K: Pinocho 3000 y con premios como cinco Goyas. En esa firma había, además, un ambiente espectacular, con más de cien personas. Nosotros tres éramos como el equipo de gestión, con Mónica en la parte administrativa y Alberto de productor ejecutivo. Nos unió todo mucho, también los momentos duros», añade al enlazar con una crisis del audiovisual que en el 2012 le convenció para buscar salidas. «A mí siempre me había gustado la panadería y empecé a formarme a distancia. Vi que aquí había hueco para un método de producción, como es el de las fermentaciones largas, ya extendido en Francia, que, con un pan de gran calidad, permite trabajar de día y evitar la noche, una tendencia que veíamos imparable y que a nosotros tampoco nos venía mal. Entre los tres sumamos siete hijos», bromea. «Les animé a venirse conmigo y poco después ya nos lanzamos con un local en Santiago de Chile», remarca sobre un giro vital al que también alude Alberto.

«El vértigo fue grande. Yo pasé de ser ingeniero de teleco a verme amasando en el obrador, pero había que involucrarse a fondo», desliza reconociendo que el debut de La Bulanxerí no dejó de sorprender. «Me acuerdo que un panadero conocido nos pidió sacar fotos en el local. Le chocaba que tuviésemos el obrador a la vista, pero nosotros queríamos que desde la calle se viese nuestro trabajo. Ahora casi todo se comparte», razona, mientras Jacques pone el foco en cómo no pasó desapercibida entre los vecinos. «Muchos comentaban que el pan les recordaba al de su infancia, y volvían. La mayoría se atrevió a probar», apunta agradecido ante una oferta de toque francés, como el pan de campo, inspirado en el de la región gala de Campagne. «Al principio también nos decían "¿cómo voy a comer un cruasán con mantequilla?, ¡no puede estar rico!", y ahora no lo cambian», destaca divertido. «Entraban a comprar cualquier pan que no fuese una baguette, a la que algunos aún ven como algo peyorativo, asociado a gasolineras, a pesar de su exquisitez. Nosotros, aunque la hicimos un poco diferente, con más chicha, quisimos emular la de tradición francesa. Ahora la gente la valora y para mí eso es un éxito. Poco a poco, todo nos animó a crecer», reflexiona sobre una expansión que en el 2017 les llevó a Doutor Teixeiro y, en el 2020, al Preguntoiro con un total de 23 trabajadores. «Cada vez que abríamos una tienda los clientes respondían aunque no conociesen la anterior: "¿Pero dónde estabais?"», recalca satisfecho y con nuevos nervios. «Tenemos más planes. Este año vamos a abrir obrador y tienda en A Coruña con el mismo modelo», avanza. «Los tres dejamos el cine por la panadería sin pensar lo lejos que llegaríamos», subraya con energía, y entre reconocimientos del sector. «Intentamos ir siempre con humildad, acabábamos de llegar, pero ver que gente que lleva generaciones haciendo pan aprecia el tuyo es algo muy bonito», acentúa.

«Excompañeros del cine aún se sorprenden del cambio, pero no es tan raro. Más panaderos vienen del audiovisual», explica Jacques Isaac
«Excompañeros del cine aún se sorprenden del cambio, pero no es tan raro. Más panaderos vienen del audiovisual», explica Jacques Isaac Sandra Alonso

A nivel personal, admite ser casi gallego. «Vivo en una aldea de Teo», afirma mientras señala al cartel de La Bulanxerí, que alude a ambos orígenes. «Adaptamos el nombre francés de los panes a la fonética gallega para que sepan cómo pronunciarlo. Las chouquettes son xuquets», sostiene. «Es un bollo típico francés. Mi padre me lo traía cada sábado y a mí me gusta llevárselo a mi hijo, que es muy panceiro. Todos ganamos con el cambio», asiente feliz.