Llamadas que quitan el sueño

Serafín Lorenzo A PIE DE OBRA

SANTIAGO CIUDAD

19 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Llevamos una vida de locos. Todo el día a la carrera para intentar arañar cinco minutos que al final te acaban costando media hora de prórroga y añaden más carga en la mochila de otra jornada estresante. Por eso el tiempo de descanso, reducido a un lapso cada vez más fugaz, cotiza como las joyas que no tenemos. Como para que un desconocido lo dinamite a través del teléfono móvil. «Buenas noches. Mi nombre es fulanito. Le llamo para ofrecerle una promoción que seguro que es de su interés». Es un asalto ante el que —después de despachar con el máximo tacto posible al comercial al que le va en el sueldo tan ingrata tarea— la primera tentación es abrir la ventana y comprobar hasta dónde eres capaz de lanzar el móvil. No lo haces, no tendría mérito porque sabes que otros ya lo hicieron antes. Por eso entiendes perfectamente sentencias como la emitida por ese juzgado de Zaragoza que ha condenado a una compañía a indemnizar a un ciudadano con 6.000 euros por perturbar su descanso con llamadas constantes y reiteradas. Al parecer, el denunciante sufría un marcaje férreo. El fallo, que acredita una actividad comercial «avasalladora y acosadora», empatiza al instante con el sufrido ciudadano de a pie, sometido a los avatares del camino de espinas que es esta vida de consumidor impenitente.