Su voto vale un buen carballo

Serafín Lorenzo A PIE DE OBRA

SANTIAGO CIUDAD

05 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Nunca tanto se habló de votos fuera —lejos todavía— de un período electoral. Y pocas veces el magro rédito que reporta lo que uno vota suscitó tanta indignación como en el caso del certamen organizado para elegir al representante patrio en ese festival al que el convocado debe ir mentalizado de que su destino es el puesto 21. No hay más que mirar el panel de los últimos años. Claro que en ese proceso los votos que los espectadores pagaron por emitir —hablamos de un espectáculo televisivo— tenían un peso casi testimonial frente al criterio de los señores del jurado, que de festivales deben saber lo suyo. Así que, soliviantados aún por el amargo desenlace que dejó a Tanxugueiras sin el premio para el que obtuvo el apoyo de una muy amplia mayoría, llega para los compostelanos la oportunidad de resarcirse en la votación para coronar al árbol europeo del año, en la que concursamos con el carballo de Conxo. Esta vez no hay expertos que procesen los apoyos en función del porte o de la sombra que da cada ejemplar. Y participar tiene premio, porque por cada voto telemático el Concello plantará un árbol autóctono. Si consigue los 100.000 que pretende, ya puede buscar suelo. Aunque la cosa empieza a pintar regular. Porque otro roble, el Dunin de Polonia, que en la primera jornada de votación tuvo el contador a cero, ya suma 19.149, frente a los 8.362 de «o avó». Así no salimos de pobres.