El Concello precintó La Jarra por graves deficiencias eléctricas y exceso de ruido

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO

SANTIAGO CIUDAD

Pese a realizarse obras para solventar las irregularidades, el local sigue cerrado porque debe cambiar la titularidad

27 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El Concello de Santiago está empeñado en no dejar pasar ni una a los locales de hostelería, y muy especialmente aquellos que son objeto de denuncias vecinales por exceso de ruido. Sus acciones van encaminadas a evitar que se enquisten situaciones irregulares, lo que complica más su resolución posterior.

Hasta hace unas semanas, el trabajo se centró en dos de los locales de ocio nocturno de la rúa Alfredo Brañas: la discoteca La Facultad y el pub The Capital, que acaparan multitud de quejas vecinales; así como denuncias administrativas y judiciales. Ahora, en el departamento de Disciplina Urbanística, de la concejala Mercedes Rosón, están enfrascados en la resolución del expediente abierto a la cervecería La Jarra, de la rúa Santiago de Chile, uno de los clásicos de los años 90, que tras muchos tiempo de cierre, había vuelto a abrir sus puertas hace unos meses.

Denuncias vecinales

Tras recibirse denuncias de los vecinos, que se quejaron de exceso de ruido procedente de dicho local, la concejala explicó que se realizó una primera inspección de la cervecería por parte de personal de su departamento, que sacó a la luz cuestiones de cierta gravedad. Las irregularidades trajeron consigo el cierre cautelar del local, y su correspondiente precinto.

En la cervecería había varios altavoces, que de acuerdo con la licencia del local, no podrían estar instalados. Precisamente, el excesivo volumen de los bafles fue lo que motivó las denuncias de los residentes de la calle y la apertura del expediente. Estos aparatos amplificadores, según apuntó la concejala, fueron retirados, de acuerdo con la última inspección realizada en el establecimiento.

Sin embargo, las irregularidades más graves tenían que ver con la instalación eléctrica del establecimiento, que presentaba graves y peligrosas carencias.

Según informó la concejal de Urbanismo, los nuevos propietarios de La Jarra estuvieron realizando diversas obras en el interior del local para corregir las irregularidades eléctricas. De acuerdo con la última inspección realizada en el bajo de la rúa Santiago de Chile, la instalación eléctrica ya cumple todas las normas de seguridad que rigen en la actualidad.

Pese a solventar esta cuestión y la de los amplificadores, el local seguirá cerrado, al quedar pendiente otro de los problemas detectados, y que corresponde a la titularidad del negocio. Los nuevos gestores no realizaron en el Concello el trámite administrativo para cambiar la titularidad de la licencia de la cervecería. Este trámite administrativo es obligatoria, y no afecta a la licencia antigua del local, que sigue viva.

La cervecería La Jarra fue uno de los locales de moda en los años 90. En esta nueva etapa, La Jarra recuperó parte del éxito de sus años dorados, pero ha sido objeto de numerosas denuncias por ruido. Precisamente, en abril del pasado año, cuando la Policía Local atendió uno de estos avisos abrió un expediente sancionador por superar el límite fijado para reuniones de convivientes, no respetar el toque de queda y no llevar puestas las mascarillas. En el interior del local estaban dos responsables del negocio con cuatro clientes, que no facilitaron el trabajo de los agentes de la Local.