El ministerio público aseguraba que cuando el acusado estaba con la menor en el coche trató de obligarla a que le realizara una felación, pero que ella fue capaz de escapar, algo que la Audiencia de Santiago no ve probado.
Los magistrados admiten que en este tipo de hechos, rara vez hay más prueba que la declaración de la menor y presunta víctima, pero destacan que su testimonio se caracterizó «por una falta de explicación con relación a datos clave, pues no recordaba, por ejemplo, cómo conoció al acusado, si llegó a sacar o no el pene del pantalón o cómo había llegado desde el aparcamiento del estadio a la estación de autobuses». Por contra, añade la sentencia, «sí que es cierto que declaró con claridad que él le cogió por la nuca con una mano» y que le dijo que le practicase una felación.