La vecina de Santiago que reclama un protocolo de atención a familiares de víctimas de accidentes sigue esperando

Xurxo Melchor
Xurxo Melchor SANTIAGO DE COMPOSTELA

SANTIAGO CIUDAD

Esperanza Rodríguez, junto a la diputada socialista Noa Díaz el día en el que el Parlamento de Galicia aprobó por unanimidad mejorar los protocolos de atención a familiares de víctimas de accidentes
Esperanza Rodríguez, junto a la diputada socialista Noa Díaz el día en el que el Parlamento de Galicia aprobó por unanimidad mejorar los protocolos de atención a familiares de víctimas de accidentes XOAN A. SOLER

El Parlamento de Galicia lo aprobó por unanimidad hace un año «mais aínda non se fixo nada», se lamenta Esperanza Rodríguez

23 ene 2022 . Actualizado a las 07:38 h.

Ha pasado ya casi un año del día en el que la compostelana Esperanza Rodríguez pensó que por fin había hecho justicia a su hijo Pablo, tristemente fallecido con tan solo 31 años de edad en un accidente de tráfico que se produjo el 7 de junio del 2017 en O Carballiño (Ourense). Fue el 25 de febrero del 2021 cuando, por unanimidad, el Parlamento de Galicia aprobaba una proposición no de ley presentada por la diputada socialista Noa Díaz para demandar a la Xunta que coordine una mesa de trabajo interinstitucional para revisar y mejorar los protocolos de atención a las familias en caso de fallecimiento en un siniestro en la carretera de alguno de sus miembros. Por desgracia, aquella alegría ha quedado apagada por el hecho de que todavía no se han dado pasos que hagan realidad la reivindicación. «Aínda non se fixo nada», se queja la santiaguesa, que advierte que nunca se rendirá y que seguirá luchando hasta conseguir que nadie más tenga que pasar por el infierno que ella vivió.

Esperanza es una mujer buena a la que la pérdida de su hijo desgarró, pero que ha transformado todo ese dolor en ganas de ayudar a otras personas que puedan verse en la terrible situación que azotó a su familia. «Non pedimos tanto, a verdade, nada máis que haxa unha habitación para que os familiares do falecido poidan durmir e que non lles pase coma a nós, que aquela noite tivemos que volver de Ourense en coche e íamos coma tolos, berrando e chorando no coche. Puidemos ter un accidente nós», recuerda. En su lista de demandas también está que se dé a las familias la atención psicológica que ellos no tuvieron y que siempre haya forenses de guardia para que no se retrasen las autopsias, como también les pasó a ellos.

«Foi tan terrible o que pasei aquela noite que non o podo esquecer. E que nin me deixaron ver a meu fillo, non me puiden despedir del, abrazalo», rememora Esperanza. Por ello, desde entonces no ha parado de movilizarse, con una campaña que primero logró el apoyo del Concello de Santiago y después el del Parlamento autonómico para reclamar ese protocolo de atención a los familiares de las víctimas de accidentes.

Algo que no le cabe en la cabeza es que la sanidad pública no le haya puesto un psicólogo. No ya el día en el que falleció su hijo, sino después. Tuvo que pagarse uno privado de su bolsillo. «E eu, afortunadamente, neste momento da miña vida puiden pagalo, mais canta xente haberá que non poida e o pase mal, porque a atención psicolóxica e fundamental para poder vivir de novo cunha certa normalidade», señala.

Todo el daño sufrido ha hecho que Esperanza Rodríguez se rebele contra las injusticias que ve a su alrededor. Por eso, no solo ha emprendido una lucha para conseguir un trato más humano para aquellos que pierden a un ser querido en un accidente, sino que ha ampliado su lucha para lograr mejores condiciones para los falsos autónomos. «Están vendidos e non o saben», asegura. Su hijo Pablo lo era y ella cree que la falta de derechos laborales influyó en el siniestro.

Ante todo, quiere dejar muy claro que su reivindicación está completamente al margen de batallas políticas. «Isto non é unha cuestión de un partido ou doutro, o que eu quero e que os que teñen o poder para facer que o protocolo sexa unha realidade se poñan as pilas e o saquen adiante, porque hai moita xente que sufre», reclama Esperanza, que en este año no ha recibido ninguna llamada de la Xunta informándole de si ha habido algún avance para cumplir con el acuerdo que hace un año tomó el Parlamento de Galicia.