—¿Culmina ahí el desarrollo?
—Hay una última fase, de interdependencia, cuando se asume que mis derechos terminan cuando empiezan los del otro. Supone madurez, pensar en los demás, asertividad, comunicarse de forma no violenta, regular las emociones. Quienes no consiguen una buena gestión emocional son personas dependientes toda la vida, o personas egoístas. Por eso hay que desarrollar bien todas esas fases para tener una psicología sana de adultos.
—¿Las familias y los colegios lo tienen claro?
—Hay mucha desinformación. La familia y las aulas trabajan más las habilidades matemáticas, lingüísticas, y otras, pero menos las habilidades emocionales. Y cuando hay problemas buscan ayuda. En los colegios cada vez hay mayor concienciación sobre la parte emocional y evolutiva, con profesionales de educación infantil muy implicados.