Abre un nuevo despacho de comida casera para llevar en Compostela con unos 100 platos en carta
SANTIAGO CIUDAD
La estación de servicio Santa Lucía ocupó un local en el centro urbano, en la calle Santiago de Chile
21 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Hace cuatro años se ponía en marcha un servicio de comida casera para llevar en la estación de servicio de Santa Lucía, en la parroquia O Eixo. Ahora está también disponible en el centro urbano de Santiago. El sábado abría en el Ensanche su primer despacho externo, una extensión del que existe en la gasolinera ubicada en la carretera nacional N-525. En la rúa Santiago de Chile, ofrecerá la misma carta que en la estación de servicio, con unas 100 propuestas que van rotando, entre empanadas, ensaladas, verduras, tortillas y patatas, caldos, legumbres, arroces, pastas, pescados y mariscos, carnes y postres. ¿Y por qué eligieron esta calle en concreto? «Hemos pensado que era un sitio que tenía una buena afluencia de gente que vive en la zona», responde Manuel González, gerente de la gasolinera desde su fundación, hace ya más de 30 años, y responsable también de la parte gastronómica.
«Se venderá lo mismo en los dos lados y con los mismos precios», constata. Entre sus platos estrella están la paletilla de cordero al horno con patatas (se vende, principalmente, por encargo), el salpicón de marisco y su ensaladilla rusa, «que no es de bolsa y pelamos nosotros las patatas que luego se cuecen para hacerla», apunta Manuel. «También tienen mucho éxito los dulces caseros», continúa, con un amplio abanico de posibilidades que incluye más de una veintena de tartas o media docena de flanes y natillas de distintos sabores, entre casi medio centenar de opciones.
Explica el gerente de la estación de servicio que empezaron a ofrecer platos caseros «para dar un servicio más a los clientes propios de las instalaciones». Aclara, asimismo, que decidieron no hacer ningún tipo de acto de inauguración en la tienda del Ensanche debido a la situación sanitaria: «Dimos la bienvenida a todos los que entraron por la puerta, por supuesto, pero no se hizo tampoco ninguna fiesta. Nos damos por satisfechos con que los clientes que vinieron se marchasen contentos».