Jesús García: «Esperemos que el Concello de Santiago haga un esfuerzo y convoque el examen a taxista»
SANTIAGO CIUDAD
El preidente de la Asociación Compostelana de Autotaxi no entiende que no se celebren las pruebas porque solo hay siete inscritos
05 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Los taxistas de Santiago tienen problemas para encontrar conductores y los candidatos que se presentan a sus ofertas de empleo casi nunca tienen la licencia municipal que exige el Concello para poder trabajar en el sector. «La mayoría ni tan siquiera saben que tienen que tenerla», advierte Jesús García Gómez (Ames, 1967), que es el presidente de la Asociación Compostelana de Autotaxi. El Ayuntamiento tendría que haber convocado ya los exámenes para obtener este permiso, pero como tan solo hay siete personas inscritas han decidido suspender las pruebas, lo que ha provocado que muchos coches estén parados por falta de taxistas.
—¿Se han anotado más candidatos para obtener la licencia municipal desde que se hizo público que Santiago se estaba quedando sin taxistas?
—Es el Concello el que lleva este asunto, así que no puedo decir si se ha inscrito alguno más. Es cierto que yo, por ejemplo, tuve consultas por el anuncio que tengo puesto ofreciendo un puesto de conductor y que a la persona interesada, como no tenía ese carné municipal, sí le indiqué que tenía que anotarse de inmediato. En el anuncio yo lo especifiqué, pero son muchos que o no se paran a leer o que ni tan siquiera saben que existe ese carné municipal ni que es completamente necesario para poder trabajar en el taxi.
—¿Cuál es el mínimo de personas que tienen que estar anotadas para que se convoquen los exámenes?
—Es el Concello el que lo decide. Esto nunca había pasado, todos los años se presentaban 30 o 40 personas, nunca nos habíamos encontrado con solo siete como ahora, por lo que es una situación del todo nueva. Lo que no entiendo es que tenga que haber un mínimo. ¿Qué más da que sean diez que 40? El Concello debería hacer el examen igual y más cuando solo hay una convocatoria al año. Es decir, una persona que no se apunte ahora, hasta el año que viene no podrá volver a hacerlo y acceder a trabajar como taxista. Son siete o diez puestos de trabajo que se estarían generando, estaríamos ayudando a estas siete o diez personas y ellos a nosotros, porque hacen falta conductores.
—¿Le pide entonces al Ayuntamiento que reconsidere su posición y haga las pruebas?
—Sin lugar a dudas. Esperemos que el Concello haga un esfuerzo y convoque el examen a taxista porque así esas siete o diez personas interesadas ya se podrían poner a trabajar y para nosotros esto es importantísimo.
—¿Esta escasez de taxistas que hay en Santiago es un fenómeno único o pasa en otras ciudades de Galicia?
—La verdad es que de esto nunca hemos hablado. En diciembre la federación celebrará una reunión y será el momento en el que podremos poner en común nuestros problemas y retos.
—Imagino que el que no haya gente para trabajar como taxista no había pasado nunca antes.
—Nunca, nunca, nunca. Normalmente era al contrario, que había diez, veinte o treinta currículos con gente interesada. Ahora es al revés, no hay ninguno y la gente que está preguntando no sabe que tiene que contar obligatoriamente con este carné municipal.
—¿Consideran que sus ofertas laborales son buenas?
—Pensamos que sí, porque la gente que empieza a trabajar como conductor se mantiene normalmente durante mucho tiempo. Algunos incluso se llegan a jubilar en el taxi. Y ese es, precisamente, el problema que estamos teniendo ahora, que se están jubilando compañeros y no hay recambio para ellos, por lo que hay taxis que se están quedando parados.
«Las VTC indudablemente que nos hicieron mucho daño»
Los últimos años han sido movidos para el sector del taxi en toda España. Primero fue por la aparición de las empresas VTC como Uber o Cabify —fueron las primeras, pero ahora hay muchas otras— que compiten directamente con los autopatronos y después llegó la pandemia del coronavirus que golpeó su negocio al casi no haber turistas y limitarse muchísimo el ocio y los movimientos.
—¿Creen que puede influir el que haya conductores que se estén yendo a las VTC?
—Más bien es al contrario, nuestras condiciones son mejores que las de las empresas de VTC (Vehículo de Turismo con Conductor), por lo que sí que algunos de los conductores de VTC cambian y se pasan al taxi.
—Así que no hay fuga de conductores...
—Exactamente, porque las condiciones reales que tienen ellos son peores y más precarias que lo que nosotros ofrecemos. Calculo que unos cinco o seis compañeros vienen de las VTC.
—¿Está el taxi en crisis en toda España?
—En España no podría decir, porque no conozco todas las realidades, pero en Galicia sí puedo decir que la cosa está complicada. Santiago es una excepción, un tema aparte, porque tenemos la suerte de que los veranos son muy fuertes y dan para recuperar y compensar los otros meses que no son tan buenos. Pero eso no pasa en otras ciudades como A Coruña, Vigo o Pontevedra, que de esto sí que he hablado recientemente con los presidentes de sus asociaciones y ellos están en unas condiciones mucho más complicadas.
—Como siempre, el turismo nos salva.
—Exactamente. En Santiago siempre hay algún motor que tira del sector. Por un lado, por la cantidad de estudiantes que hay, pero también por los congresos y la propia Xunta. Tenemos que dar gracias de que es una zona en la que hay movimiento y por eso el problema principal ahora es la falta de conductores, no de trabajo. Es verdad que nosotros a partir de este mes y hasta después de Semana Santa estaremos más parados, pero el resto del año compensa.
—¿Qué se puede hacer para resolver esta crisis del sector?
—Es algo de difícil solución. Las VTC indudablemente que nos hicieron mucho daño, eso es quizás lo más importante que habría que solucionar. Nosotros no estamos en contra de las VTC, porque con las que hacen las cosas bien y legalmente tenemos una relación muy buena, pero el problema es que se crearon tantas que ahora hay trabajo para todas las licencias que dieron, por lo que con mucha frecuencia invaden nuestro negocio, que no es el mismo que el suyo.