Cuéntame lo del casco viejo

Serafín Lorenzo A PIE DE OBRA

SANTIAGO CIUDAD

05 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Con cuatro décadas de retraso, la zona monumental de Santiago se dispone por fin a dejar atrás la década de los marchosos 80 del siglo pasado. En el debate sobre su necesaria revitalización se ha convertido en un lugar común el soniquete de la urgencia de poner los medios para que la joya de la ciudad no acabe convertida en un decorado inerte que sirve de fondo en los selfis de los turistas o en nuestro Cinecittà. Por eso resulta incomprensible que sus sufridos vecinos y comerciantes hayan tenido que esperar al 2021 para ver la luz de la fibra óptica y poder utilizar un ordenador o un simple datáfono para los cobros con tarjeta. No ha sido sin tiempo, pero por fin el casco histórico empieza a superar aquellos años evocados para las generaciones más jóvenes en Cuéntame cómo pasó, el retrato de tiempos en los que fuimos felices y no reparamos en ello. Aunque este brinco tecnológico, todavía inacabado, no resuelve la cuestión de fondo, la apremiante conciliación del blindaje patrimonial de la zona con el combate del ensimismamiento en su aplicación. Porque para devolver el pulso a sus calles es necesario dejar de clavar la mirada en la piedra y ampliar el foco, ganar perspectiva y facilitar soluciones para que cientos de viviendas y locales vuelvan a ser habitados. Lo demás es seguir malgastando un tiempo que se nos escapa a todos.