Rubén López, ingeniero: «Hay mucho misticismo sobre las entrevistas laborales de Google»

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Rubén López junto a su mujer, productora coruñesa con la que fundó Aruma Studios.
Rubén López junto a su mujer, productora coruñesa con la que fundó Aruma Studios. CEDIDA

Tras trabajar para el gigante tecnológico, el ferrolano creó su propio estudio de creación de videojuegos en A Coruña y compartirá hoy su experiencia en Santiago dentro de un ciclo dirigido a jóvenes emprendedores

22 nov 2021 . Actualizado a las 14:20 h.

Rubén López Gómez (Ferrol, 1978) pasó de trabajar para Google a regresar a Galicia para crear su propia empresa, un estudio independiente de creación de videojuegos en A Coruña, Aruma Studios. Hoy compartirá su experiencia en Santiago, en la primera de las ponencias organizadas por FEUGA y Startup Galicia en el campus universitario para impulsar el emprendimiento entre los jóvenes.

—¿Cómo llega un ingeniero a trabajar para Google o YouTube?

—Pasando muchas entrevistas [se ríe]. Me hicieron tres telefónicas, dos de ellas con ingenieros. Después hubo otras cinco presenciales, ya en Zúrich, de nuevo con ingenieros. En realidad todo surgió porque trabajé en una empresa de creación audiovisual en Santiago, que se llama Bren Entertainment. En ese mundillo la gente se mueve mucho buscando el proyecto más interesante, saltan de una empresa a otra y de un país a otro, y yo quería vivir la experiencia de trabajar en otro país y conocer una cultura diferente. Decidí probar suerte empezando por lo más alto, que es Google, con la suerte de que me cogieron.

—Habiendo tanta competencia, ¿qué cree que le abrió las puertas en esas entrevistas?

—De entrada, tener una buena formación. Yo estudié en la Universidade da Coruña, donde cubren mucho terreno en el mundo de la informática y dan una formación muy amplia. Google, al igual que la mayoría de las empresas de Silicon Valley, busca eso, a generalistas, gente que se pueda adaptar con mucha facilidad y moverse de un equipo a otro. De hecho, yo pasé por Gmail, Google Maps, YouTube... quieren que tengas un conocimiento muy amplio más que un dominio muy específico en una cosa en concreto.

—Hay mucha leyenda urbana sobre estos procesos de selección...

—Un montón. Hay mucho misticismo sobre las entrevistas laborales en Google. Se dice que preguntan cosas como cuántas pelotas caben en un autobús, pero en realidad es algo mucho más razonable y se centran en cuestiones de programación. Además de un perfil generalista se ve, en la forma en la que la gente va promocionando dentro de la empresa, que buscan mucho las soft skills. Es decir, habilidades como el trabajo en equipo, saber comunicarse, el buen liderazgo, que si recibes feedback no te pongas a la defensiva... Todo esto en las entrevistas se mira mucho.

—¿Por qué decide volver y fundar aquí su propia empresa?

—Ya llevábamos allí nueve años y medio. Mi mujer, a la que conocí en Bren, también se fue allí a vivir conmigo. Ya teníamos una hija y venía otro en camino... fue una decisión puramente familiar. Decidimos volvernos porque queríamos criar a nuestros hijos en Galicia, cerca de nuestra familia y amigos. Cuando se tomó esa decisión todavía no se podía teletrabajar en Google. Tuve que echar la carta de renuncia a principios del 2020, un poco antes de que empezase la pandemia, para montar nuestra propia empresa, que siempre fue nuestro sueño. A mí me encanta el mundo de los videojuegos, ella es productora y sentimos que era el momento perfecto para ese cambio de ciclo.

—El resultado de ese salto al vacío fue Aruma Studios y trabajan en su primer videojuego comercial.

—Sí, se llama Intruder in Antiquonia. Buscamos recuperar el videojuego narrativo de aventuras, un género con el que pasamos muchísimas horas jugando de pequeños Además nos centramos en el público femenino, en mujeres de 18 a 35 años, porque aunque son el 50 % de los jugadores hay muy pocos juegos dirigidos a ellas y protagonizados por mujeres para que sientan más identificadas.