El precio y el tamaño de los bajos ocupados por bancos dificultan su salida al mercado

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Fuentes del sector creen que los dueños no tienen prisa al no necesitar las rentas

16 oct 2021 . Actualizado a las 22:24 h.

La fusión de entidades bancarias y el crecimiento de la banca online no solo está provocando el cierre de bancos en el rural gallego, también las ciudades se ven afectadas por la desaparición de numerosas sucursales bancarias. Además de la pérdida de servicios, esta práctica viene a dejar numerosos bajos comerciales cerrados y vacíos durante años. Solo unos pocos encontraron un nuevo negocio que se mantiene abierto con el tiempo. Fuentes del sector mobiliario consideran que, salvo aquellos locales que están situados en barrios con poco atractivo comercial, los bajos que fueron ocupados por Bancos durante décadas no se alquilan por falta de interés de su propietario. Una fuente del sector apuntó que gran parte de ellos pertenecen a un puñado de familias, que no tienen necesidad real de alquilar el bajo comercial, y que están dispuestos a esperar el tiempo que sea necesario para conseguir un inquilino dispuesto a pagar una elevada renta.

Hace unos años, el propietario de uno de los locales de Montero Ríos descartó un nuevo inquilino, porque el destino iba a ser el de un supermercado, y aunque el promotor estaba dispuesto a pagar 8.000 euros mensuales, fue descartado al considerar que la calle no precisaba más supermercados. Por otro lado, fuentes del sector indicaron que algunos de los locales vacíos son propiedad de las entidades bancarias, que tampoco se muestran favorables a alquiler, aunque tienen claro que nunca volverá a abrirse una oficina bancaria.

Otro de los factores que juegan contra la salida al mercado de estos bajos comerciales es que, además de una renta elevada, quienes asuman el local tendrían que invertir una cantidad, también habitualmente elevada, para adecentar el local.

Excesivamente grandes

Carlos Debasa, presidente de la Asociación de Agencias Inmobiliarias (Agalin), considera que la principal razón para que los locales tengan dificultad ser alquilados está en su tamaño. Debasa apunta que, si se hace un repaso de los locales disponibles que proceden de bancos, se puede comprobar que son los más grandes, y por ello la renta suele ser elevada. En el caso del eje Xeneral Pardiñas, Doutor Teixeiro y Montero Ríos, Debasa apunta que los locales que salieron al mercado están ocupados por empresas de primera línea, pero «no hay para todos».

En su opinión, otra cosa son los locales situados en barrios periféricos. En este caso, Debasa considera que la razón es estrictamente la falta de interés comercial de estos barrios, lo que complica sacarlos al alquiler. 

Más de una veintena de locales vacíos

Todas las entidades bancarias cerraron en la ciudad sucursales en los últimos años. La próxima será el BBVA de la Rúa do Vilar, pero antes fue otra sucursal de esta misma entidad en la esquina de Alfredo Brañas con República Arxentina. El Pastor y el Santander también echaron el cerrojo a sucursales en Concheiros y Fuente de Santo Antonio. Mucho antes lo hizo el Banco Urquijo en Montero Ríos. La Caixa cerró en Pontepedriña, Vista Alegre, San Roque, Fonte de Santo Antonio y Caixa Cataluña hizo lo propio en A Senra. Abanca también dejo diversos bajos comerciales cerrados, entre ellos uno más recientemente en Basquiños y otros hace algún tiempo en Galeras, Montero Ríos y Romero Donallo. No hay una sola entidad bancaria que no tenga en su haber algún cierre.

Aunque muchos de los locales siguen vacíos, algunos si consiguieron nuevos inquilinos. En la praza de Galicia, el local del Santander fue ocupado por Massimo Dutti, pero en A Senra, el bajo de Caixa Cataluña vuelve a estar vacío después de haber acogido una zapatería, y uno de los de Fonte de Santo Antonio pasó a ser Cajamar. En el Franco, donde hubo una sucursal de Caixa Galicia que cerró con la fusión de Abanca, hay una heladería. En la antigua Caixavigo de Basquiños se contó con una inmobiliaria y ahora abrió una papelería.