Marcial Benito mantiene el espíritu de la tasca de Lermo en el O' 22
de la rúa de A Torreira

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

PACO RODRÍGUEZ

El hostelero, recuperado del ictus, escogió para su vuelta un lugar cerca de sus clientes

12 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Los seguidores del Atlético de Madrid en Santiago vuelven a tener un lugar donde su equipo es la estrella por delante de los demás grandes y pequeños de la liga. Eso sí, por ahora los partidos solo podrán comentarse y no verse en O'22 de A Torreira, porque «os prezos non están a noso alcance. Os de Movistar piden 412 euros ao mes e Orange, 558 euros. É pagar outro aluguer máis. Non saen as contas. Moito hai que vender para que sexa rentable. Agora, eu sigo a ser do Atlético. Só faltaría», apunta Marcial Benito García, que ya está recuperado del ictus que sufrió cuando el covid empezaba a alterar la vida de todos. Su enfermedad y las restricciones le obligaron a dejar la tasca de Lermo, que convirtió durante su etapa al frente en un referente del taceo de Santiago. En agosto del 2020, cuando quiso volver al Lermo, «non chegamos a un acordo cos donos, e tomeime un tempo de descanso». Un paréntesis que se cerró en marzo de este año, cuando abrió O'22, en el mismo número de la rúa A Torreira. «A idea era buscar un local nunha zona preto de Lermo, e que estivera preto dos clientes. Moitos son da Peregrina, de Vista Alegre, do Romaño, e doutros sitios de Santiago. E aquí teñen espazo para aparcar». A Marcial aún le queda por colocar algunos de los carteles y fotos que colgaban de las paredes del Lermo, «pero imos pouco a pouco. O teño todo gardado na casa». En su nuevo local, el hostelero mantiene el espíritu de Lermo. Sus tapas siguen siendo las mismas, pero «polo de agora as comidas teñen que agardar un pouco». Marcial Benito, tras recuperarse del susto, ahora cuenta los meses para su jubilación. Aún le quedan dos años, y asegura que procurará llevarlos lo mejor posible, «sen presión, con calma». Por años trabajados ya podría jubilarse, pero «os primeiros anos laborais non cotizaron por min, e agora hai que esperar, porque eu pago ben e non vou tiralo». Su vida laboral comenzó como comercial de confección, «levaba roupa de Pierre Cardín e os vaqueiros de Lois, e despois roupa de hostalería». Un buen día surgió la oportunidad del Lermo, y «me lancé. Foi ben, e agora tamén era ben».

 Acuarelas del Camino

El pasado agosto, Guillermo Otero regresó a su Ponferrada natal de recorrer el Camino Francés con una colección de acuarelas de autoría propia, y un deseo: volver a Galicia con sus pinturas sobre lugares de interés de la ruta jacobea para mostrarlas en la que sería su primera exposición artística en solitario. De su anhelo, que este estudiante de Bellas Artes en Salamanca confesó a La Voz, tomaron nota Cristina Vázquez Neira y Xurxo Broz, del Museo Terra de Melide, que acoge hasta el próximo día 24 la muestra con las obras que Guillermo Otero se paró a pintar a medida que avanzaba en su experiencia como peregrino. La exposición la componen catorce acuarelas, entre las que no falta, por supuesto, la Catedral de Santiago. Pero tampoco la iglesia Sancti Spiritus de Melide, adonde el joven viajó este fin de semana para montar la exposición en la galería, y para volver a pintar la iglesia melidense desde la terraza del local de hostelería donde Cristina Vázquez y Xurxo Broz descubrieron, en verano, al artista. Con la lámina obsequió Guillermo Otero al museo melidense por haberle abierto sus puertas.

PACO RODRÍGUEZ
  

Ejemplos de superación

Cerca de un centenar de personas con discapacidad concluyeron ayer el Camino de Santiago exhibiendo su alegría en la Praza do Obradoiro por el reto conseguido. En el grupo figuraba la periodista Irene Villa, quien se sumó a la iniciativa de la Fundación También, que promueve el deporte adaptado entre personas con distintos grados de diversidad funcional. La directora xeral de Xuventude, Cristina Pichel, recibió a la expedición a su llegada y les agradeció la demostración de esfuerzo y de trabajo que hacen día a día a través de retos como el recorrido del Camino de Santiago con bicicletas adaptadas.