Augas de Galicia concluye el control extraordinario de cauces en Trazo

La Voz SANTIAGO / LA VOZ

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Sandra Alonso

Tras el vertido de 200.000 litros de purín hace un mes, la situación se normaliza

09 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Augas de Galicia acaba de poner fin al seguimiento extraordinario de aguas fluviales que venía realizando en la zona de Trazo, tras un vertido el 9 de septiembre de 200.000 litros de purín desde una granja de vacuno al regato Portaferreiros. Vertido que afectó al río Tambre y puso en riesgo el abastecimiento de agua potable a Santiago, así como a los municipios de Ames y Brión.

Ante la buena evolución de la situación concluyen unos análisis intensivos que ya habían pasado a ser semanales, frente al frecuente control en los primeros momentos de la contaminación en los cauces de regato y del propio Tambre. El departamento autonómico continuará a partir de ahora realizando las habituales labores de seguimiento, con controles ordinarios en el río, señalan desde la Xunta.

Los técnicos del plan de control de vertidos de Augas de Galicia realizaron el pasado lunes la última inspección de seguimiento del vertido de purines, con la habitual recogida de muestras de agua e inspecciones visuales de los cauces: «Na inspección, na contorna das instalacións da explotación gandeira non se observa que os xurros que deron orixe á alerta estean a acadar o rego», recogen en su información.

Las tres balsas de decantación que se habían habilitado en el propio cauce del regato Portaferreiros ya no existen, y el agua baja «con aspecto normal e transparente». Por lo que se refiere a las barreras geotextiles que habían sido instaladas en la desembocadura del regato al río Tambre, en la parroquia de Vilouchada (Trazo), se procedió a su retirada el 27 de septiembre, como estaba previsto.

Con la situación ambiental controlada, falta por conocer el desenlace de las investigaciones abiertas para determinar las causas del vertido. El expediente administrativo de Augas de Galicia podría suponer una importante cuantía económica, ya que solo los gastos que generó la limpieza de la zona para evitar la llegada de restos de purín solidificado al río fueron muy elevados. Desde el departamento habían comentado que la colaboración del ganadero y la ausencia de intencionalidad (fuese un accidente al manipular el cierre de la balsa o un sabotaje, como él apuntó inicialmente) constituyen atenuantes en el caso.