Tres años de cárcel para el ladrón de Santiago que robó un sagrario y 56 botellas de licores en el Monte do Gozo

Xurxo Melchor
Xurxo Melchor SANTIAGO

SANTIAGO CIUDAD

Los robos se produjeron en el mes de junio del 2020 en diversos puntos del Monte do Gozo
Los robos se produjeron en el mes de junio del 2020 en diversos puntos del Monte do Gozo PACO RODRÍGUEZ

También se llevó 150 kilos de cable de cobre a plena luz del día aprovechando que el recinto estaba vacío por la pandemia

07 oct 2021 . Actualizado a las 21:49 h.

Ocurrió en los días más duros de la pandemia del coronavirus, justo después de que se levantase el confinamiento obligatorio de la población en sus casas. Aquel junio del 2020 las calles estaban desiertas y en Santiago no había ni peregrinos ni turistas, por lo que el recinto del Monte do Gozo estaba casi vacío. Aquel silencio y soledad fue aprovechado por un hombre de 40 años de edad, nacionalidad española y numerosos antecedentes policiales para robar en distintos puntos de las instalaciones en diferentes días, llevándose desde el sagrario de la capilla hasta 56 botellas de licores de la cafetería y 150 kilos del cable que se estaba utilizando en las obras de ampliación de este establecimiento hostelero. Por todo ello, ha sido condenado a tres años de cárcel, pena que acaba de confirmar la sección compostelana de la Audiencia Provincial.

Cuando fue detenido, la Policía Nacional le imputó un total de ocho robos con fuerza en locales y establecimientos comerciales del Monte do Gozo. Tras recibir numerosas denuncias, la Policía Judicial abrió una investigación y, gracias a las cámaras de vigilancia que hay en el recinto, no tardó en identificar al ladrón, al que poco después localizó y detuvo una patrulla de la Brigada de Seguridad Ciudadana. Cuando declaró ante el juez, le envió a prisión provisional.

Sin embargo, cuando el caso llegó a juicio no todos los robos pudieron ser probados. En la sentencia, solo se le atribuyen tres. El primero tuvo lugar entre el 17 y el 18 de junio del 2020 en la capilla, donde además del sagrario se llevó dos bases de cirios. También se demostró que el 25 de junio entró al local en el que se realizaban obras de ampliación de la cafetería del albergue y se apoderó de 150 kilos de cable. Finalmente, el 28 de junio, a las 19.47 horas, forzó una de las puertas de entrada de ese mismo establecimiento hostelero y fue cuando se llevó, en dos veces distintas y cargadas en una carretilla, las botellas de licor —y la cesta del lavavajillas— que los dueños del local cuantificaron en 56.

Los hechos probados de la resolución judicial determinan por contra que no ha quedado acreditado que el ladrón entrase a los pabellones del complejo entre los días 13 y 15 de aquel mismo mes y se llevase 200 kilos de cable de cobre, 242 grifos de latón y 40 kilos de tubería de cobre, así como que tampoco accediese entre el 20 y el 22 al bar del recinto y se llevase más botellas ni que entre el 24 y el 25 se apoderase de una sulfatadora y un maletín con un taladro y sus brocas en el autoservicio del Monte do Gozo.

Del mismo modo, la sentencia que ahora ratifica la Audiencia tampoco estima probado que fuese el autor del robo que se produjo entre el 26 y el 27 en el restaurante del Centro Europeo de Peregrinación, donde desapareció una desbrozadora, una sulfatadora y 20 euros que se encontraban en un cajón cerrado.

Fue encapuchado, pero una cámara le grabó a cara descubierta

En el recurso que presentó ante la Audiencia Provincial contra la primera sentencia, el ladrón alegó que, si bien reconocía ser el responsable del robo en la capilla del Monte do Gozo, negaba ser el autor de los demás golpes y alegaba que no se le podían imputar esos robos porque el culpable aparecía en las grabaciones de las cámaras de seguridad encapuchado y, por tanto, inidentificable. La jugada no le salió bien, porque el caco cometió la torpeza de quitarse en algún momento la capucha, lo que permitió su perfecta identificación. Además, el coche en el que acudió al recinto, que también fue grabado, era de un primo suyo, que declaró como testigo que le había prestado el vehículo.