Ella peina a mujeres en su peluquería y sus hijos atienden a hombres en la barbería de enfrente
SANTIAGO CIUDAD
Mónica ofrece tintes ecológicos que «reduce la contaminación y no dañan el pelo»
06 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.En el Área Central se pusieron en marcha dos nuevas peluquerías, una femenina y otra masculina, este año. Hasta ahí podría tratarse solo de la decisión de emprendedores dispuestos a poner toda la carne en el asador y a plantarle cara a la crisis económica vinculada al covid. Sin embargo, detrás de esta historia hay algo más. Se trata de tres personas, unidas no solo por su profesión, sino también por el lazo familiar. Son madre e hijos. La peluquería femenina abrió en el pasado marzo de la mano de Mónica Bernárdez, y en julio, sus dos hijos Matías Méndez y Martín De los Santos arrancaron con Sion Barbería, que está justo enfrente del centro de Estilismo de su madre. Mónica llegó a Santiago hace unos tres años, y casi desde el primer momento trabajó en el sector de la estética. El covid se cruzó en su camino laboral, y en diciembre su jefa tuvo que prescindir de ella. «Siempre pensé que tenía que poner mi peluquería, y en marzo ya estaba abierta», comenta. Su vida laboral estuvo ligada al sector desde los 16 años, y «cuando estaba en Uruguay pensaba en que uno de mis hijos podía quedarse en el futuro con la peluquería, y resulta que dos salieron peluqueros como yo». Cuando dejó Uruguay y se fue a Argentina también abrió una peluquería, y ahora confía en que «sea la definitiva. Somos una familia cristiana y todo lo que emprendemos es por fe». En su peluquería se ofrecen «tintes ecológicos. No tienen química, y esto es bueno no solo para reducir la contaminación, sino también porque se nota en el cabello. Cuando lavas el pelo, el agua no arrastra químicos. No dañan el cabello, en nada se nota la diferencia. Aunque también hay del otro, y dejo al cliente elegir». Mónica siente orgullo de sus hijos, no solo por seguir su profesión, sino porque «es una manera de seguir unidos. La familia es muy importante para nosotros». En la decisión de poner rumbo a Galicia pese su ascendencia gallega. Su padre era de Cuntis y su madre, vasca. «Mi abuelo tenía negocio y padre, su propia carpintería. Somos una familia de emprendedores. Prefiere ser mi jefa». Ahora solo queda su hijo Ignacio De los Santos, el más pequeño, «que se inclina por la hostelería». Quién sabe, el futuro podría abrir un local de cafés y tapas también cerca, y «así los clientes tienen donde tomar algo mientras esperar el turno», bromea Mónica. Pero, todo podría ser.