Volta do Castro urge una puesta a punta

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Falta limpieza en las calles y en la arena de los parques infantiles

28 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Limpieza es, quizás, lo que más se echa en falta en las calles de las relativamente nuevas urbanizaciones de Volta do Castro. Durante la recogida de datos para este chequeo, un vecino nos aseguró que los barrenderos no suelen visitar las calles, y que solo, de vez que en cuando, algún entregado vecino retirar los restos que van acumulándose junto a los portales. Esta falta de limpieza se deja ver también en los contenedores de basura. Algunos de ellos desprenden un olor nauseabundo, y a su alrededor es fácil deducir que los vehículos de limpieza con agua no acuden a estas calles. La suciedad acumulada no es de unas pocas semanas, sino de meses o quizás más.

En una visión general, también se echa en falta algo más de verde entre los edificios nuevos. Son bloques, en los que salvo excepciones, están rodeados de excesivo hormigón y losetas. Los pocos espacios verdes que surgen como oasis en medio de los bloques tampoco están muy cuidados. La hierba crece asalvajada en las zonas verdes más grandes del barrio; así como en los pequeños jardines, situados entre algunos bloques de viviendas y en las bases de los árboles de las aceras. Por cierto, las raíces de los árboles aún no han destrozado las aceras, aunque la realidad es que los ejemplares no son todavía muy grandes.

Los restos de papeles, mascarillas y otros objetos no parecen retirarse con frecuencia de jardines y calles. Llama la atención que los parques de juegos infantiles, ubicados en las manzanas entre edificios, tienen arena en su suelo. Un tipo de elemento que se retiró de las zonas de juego más céntricas, pero que se mantiene en barrios como Vite, Pontepedriña y Casas Novas, entre otros. Los elementos de juego, en cambio, se ven bastante bien cuidado. En las zonas verdes entre edificios hay varias mesas con el tablero de ajedrez. En todos los casos, casi nuevos.

La mayoría de los edificios de la urbanización de Volta do Castro se construyeron a principios de los años 2000, y comenzaron a ocuparse hacia mediados de esta década. No hace tanto tiempo, pero se percibe falta de mantenimiento en general. No solo hay losas de fachadas sueltas, sino que también se pueden ver piedras de muros exteriores caídas. Aunque estos daños no afectan a todos los inmuebles, no deja de ofrecer un aspecto de abandono en una urbanización que no ha cumplido aún los 20 años.

El aparcamiento es libre en todas las calles del barrio, y suele ser fácil conseguir un hueco para el coche. Durante la realización de este reportaje, en las primeras horas de la mañana, había mucho espacio libre, pero los vecinos comentaron que, hacia mediodía, se van llenando con coches de personas que acuden al Clínico. Una cuestión que no deja ser curiosa, ya que en el barrio hay una amplia explanada habilitada como aparcamiento disuasorio, que es gratuito. Realmente llamativo es el hecho de que se llenen de coches todas las calles que rodean este espacio antes que el propio aparcamiento.

En Volta do Castro, limitándonos a la urbanización protegida de los años 2000, hay pocos establecimientos comerciales. El restaurante De Carmen y la panadería es la oferta del barrio junto al centro de la tercera edad.

La urbanización de viviendas de promoción pública, de protección oficial y tasado dispone de una zona verde, en la que se reserva un espacio para parque de perros, es decir, es una de las pocas zonas de Santiago donde las mascotas pueden correr libremente. En la zona verde hay varios senderos.