Las revistas de moda se rinden ante las «cestas más bonitas», hechas en Compostela

SANTIAGO CIUDAD

Degerónimo reinventa la cestería y emplea cuerda de algodón en sus diseños, a medio camino entre lo tradicional y lo moderno
04 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.El trabajo de Sonia de Gerónimo ha conquistado a las grandes cabeceras de moda. Tiene su taller en Santiago, en la intimidad de su propio hogar, en el barrio de Fontiñas; y de allí salen las «cestas más bonitas para decorar tu casa». Eso dice Vogue, pero también hablan de las creaciones de esta artesana en Elle, en revistas de diseño como Architectural Digest, e incluso en la sección de viajes de National Geographic, donde citan sus diseños entre los ejemplos de «irrupción renovadora» que demuestran que Compostela es mucho más que piedra milenaria, peregrinación y devoción.
A través de la marca Degerónimo, Sonia reinventa la cestería. «Es un mundo muy bonito, pero lleva mucho trabajo y no se valora lo suficiente», explica. Explorando nuevos materiales distintos al mimbre, dio con un filón: la cuerda de algodón. «Mi trabajo está a medio camino entre lo tradicional y lo moderno, entre lo artesano y lo industrial. Esta cuerda me permite confeccionar las piezas a máquina, y hacer más rápido el proceso; aunque les doy forma con las manos para hacer los volúmenes, como si se tratase de un torno», destaca. Macetas, bolsos, cestos inspirados en motivos cerámicos, jarrones, platos, salvamanteles, lámparas... La diseñadora de 41 años saca el máximo partido a las fibras naturales.
Nacida en Ourense y criada en Vigo, llegó a Santiago para estudiar, hará unos 15 años. Hizo Diseño de Moda en la escuela EASD Mestre Mateo e hizo sus pinitos en el mundo del vestuario para cine y televisión. «Era algo que no me convencía mucho... quería crear algo propio. Y, después de quedarme embarazada, me decidí a hacer una línea de bolsos de lona», relata Sonia. Su espíritu inquieto y curioso la llevó hasta la cuerda de algodón, aunque recuerda que supuso un impulso importante para su carrera la colaboración que hizo con un museo de renombre: «La tienda del Thyssen me pidió que personalizase un bolso, para la colección de Balenciaga». Bajo el paraguas de Artesanía de Galicia, participó en varias ferias internacionales y de una de ellas salió su venta de mayor recorrido, para un cliente de Japón. «Me han escrito alguna vez de Estados Unidos, preguntando si hacía envíos, y recibo encargos de Europa (Milán, Londres...); pero, con diferencia, donde más demanda tengo es a nivel nacional. «Me gustaría enfocarme más a la proyección internacional, pero no puedo crecer más de lo que me puedo permitir, porque lo hago todo yo sola: la web, los envíos, la producción, las redes sociales, contactar con los puntos de venta...», explica la diseñadora.