Triple ordenación en la catedral de Santiago en plena crisis de las vocaciones religiosas

La crisis de las vocaciones religiosas lleva años haciendo mella entre las filas del clero. Por eso, cada nueva ordenación, es todo un acontecimiento. La catedral de Santiago fue esta semana el escenario de una ceremonia presidida por el arzobispo, Julián Barrio, en la que tres seminaristas pasaron a formar parte del diaconado. José Antonio Conde Silvoso, Kouassi Anani Martín Kouman y Mario Agustín Pérez Moya fueron los protagonistas de la ordenación.

Días antes, José Antonio animaba a los «jóvenes llamados a ser sacerdotes a que no tengan miedo y que digan que sí a este camino apasionante». «Espero que este día cambiará toda mi existencia», decía el de Costa de Marfil. «Esto de la vocación no funciona mediante una lógica razonable; al menos la mía es hija de la contradicción, de la paradoja, de lo que nos vuelve un poco locos y trastoca nuestros esquemas, cortos de miras casi siempre, para introducirnos en otra clase de lógica mucho más profunda», reflexionaba a su vez Mario Agustín.

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