La intermodal no quiere coche

Serafín Lorenzo A PIE DE OBRA

SANTIAGO CIUDAD

03 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Apenas ha sido esbozado y al proyecto que allá por el 2024 debe completar la estación intermodal de Santiago ya se le adivina una tara. Y no tiene nada que ver con la evolución del diseño con el que Juan Herreros se impuso hace diez años en el concurso de ideas que después fue sepultado. Porque no afecta al edificio de viajeros que canalizará el acceso de los usuarios desde la pasarela peatonal hasta los andenes de la terminal ferroviaria. Ni tampoco a la plaza que, entonces sí, brindará un acabado digno al conjunto en su encuentro con la rúa do Hórreo, reemplazando a la improvisada -trapalleira- solución hilvanada para dar servicio a los viajeros. El problema llegará con la zona de aparcamiento de vehículos que debe atender las necesidades de una estación para la que se auguran 3,5 millones de viajeros al año con la llegada del AVE. Ese tráfico estimado supera con creces el que tenía el aeropuerto antes de la pandemia. Y la mera comparación de las dimensiones del párking de Lavacolla con el área de estacionamiento en superficie que rodea la estación del tren genera cierto desasosiego. Ojo con esto. Si el proyecto no lo resuelve, puede lastrar la funcionalidad de la intermodal. Ahí está la chapuza del paso inferior de Conxo y sus muros recebados en hormigón. Así se entregó la obra y así sigue cinco años después.