Los vendedores de recuerdos y artesanía se preparan para volver a la actividad
La satisfacción no es plena entre el colectivo de los vendedores de recuerdos aunque el Ayuntamiento haya adjudicado ya los puestos, porque siguen considerando que su «expulsión» de las plazas más emblemáticas del entorno de la Catedral supondrá un golpe para sus intereses económicos. Sin embargo, las once medalleiras autorizadas se reunieron ayer para organizar los espacios. Pilar Rama, una de las más antiguas, asegura que la relación entre ellas es «muy buena y nos pondremos de acuerdo». Aun así deberán hablar con las otras personas de la lista para que «no haya ningún problema».
No pueden confirmar cuándo volverán a poner sus puestos en la calle, pero «sí o sí, el fin de semana estaremos ahí». Y si se resuelven todos los detalles organizativos, «saldremos antes». Ahora intentarán que el Concello revise la situación de una persona que quedó en lista de espera porque «no tiene puntos; seguramente cometió algún error en la entrega de la documentación». Se trata del hijo de una vendedora veterana, que asume su licencia. El colectivo desconoce si tendrá que volver a pagar las tasas, y les molesta que se diga que «estamos ilegales y que no pagamos: no es cierto, todos los años pagamos».