Condenado en Santiago a dos años de cárcel y 10.000 euros de indemnización por abusar de su sobrina

Xurxo Melchor
Xurxo Melchor SANTIAGO DE COMPOSTELA

SANTIAGO CIUDAD

PACO RODRÍGUEZ

El acusado, que hizo tocamientos a la niña desde que tenía ocho años, se declaró culpable para evitar ingresar en prisión

23 jun 2021 . Actualizado a las 01:54 h.

La sección sexta de la Audiencia Provincial, que es la que tiene su sede en Santiago, ha condenado a un hombre a dos años de cárcel por un delito continuado de abusos sexuales a menor de 16 años. La víctima era su sobrina y tan solo tenía ocho cuando comenzó a sufrir sus ataques, que se prolongaron «hasta que cumplió los doce o trece», según figura en los hechos probados de la sentencia.

Además de la pena de cárcel, el acusado tendrá que abonar una indemnización de 10.000 euros a su sobrina por los graves perjuicios que le ha causado. Sin embargo, ha eludido entrar en prisión tras llegar a un acuerdo tanto con la Fiscalía como con la representación legal de la familia de la niña. Ese pacto le ha supuesto declararse culpable y aceptar todos los hechos que le imputaban a cambio de una rebaja de la condena hasta los dos años de cárcel —inicialmente era mayor— que ya no tendrá que cumplir porque el tribunal se la suspendido por un plazo de tres años. Si en este período volviese a delinquir, sí tendría que asumir el castigo.

El acusado también se ha beneficiado de dos atenuantes. Por un lado, la de reparación del daño, dado que antes de que se iniciase el juicio ya había consignado en la cuenta de los juzgados los 10.000 euros que le exigían como indemnización a su sobrina. También se le ha aplicado la de dilaciones indebidas, ya que el procedimiento se inició el 6 de junio del 2015 y, tal y como señala la resolución judicial, «durante la tramitación del mismo se produjeron paralizaciones sustanciales, entre otras, desde el 28 de mayo del 2018 hasta el 4 de julio del 2019 sin que sea atribuible al acusado».

Los hechos que ha aceptado como ciertos el acusado señalan que su sobrina —hija de su hermana— convivió de forma esporádica con él tanto en su casa como en la de sus padres y que fue en este contexto en el que «con ánimo de satisfacer sus instintos sexuales y consciente del perjuicio a la indemnidad y libertad sexual» de la niña, «le realizó en repetidas ocasiones tocamientos en los genitales y en los pechos».

Los abusos hicieron que la menor tuviese que recibir asistencia psicológica porque, según señalan los magistrados de la Audiencia compostelana, «sufrió sentimientos de vergüenza y culpa así como un conflicto y preocupación sobre si este hecho podía dividir a la familia».