Esta franquicia de lavanderías santiaguesa no paró de crecer ni con una pandemia azotando

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Sandra Alonso

Caballo Blanco ya tiene 15 locales abiertos en 9 concellos y su fundador, Santiago Lorenzo, habla de la incertidumbre creada por la nueva tarifa eléctrica

18 jun 2021 . Actualizado a las 08:54 h.

Todo comenzó con una lavandería de autoservicio en la avenida de Vilagarcía, hace 6 años. Caballo Blanco abrió sus puertas el día en que cumplía años su propietario, Santiago Lorenzo, aunque no fue algo planificado, dice. De allí surgió una franquicia que hoy tiene 5 locales en Compostela y otros 10 en ocho concellos más. Su fundador explica que no pararon de crecer ni en la pandemia: «A los 15 días de inaugurar en Bertamiráns [su segundo bajo en Ames] empezó el estado de alarma y luego aún abrió el de Ponte Cesures, porque estaba ya proyectado».

Aunque este emprendedor nació en Pontevedra, acabó trasladándose a la capital gallega, donde formó una familia y prosperó también en lo empresarial. E ideas nuevas no le faltan. De hecho, avanza que en unos meses estrenarán una aplicación móvil de lavandería y tintorería a domicilio: «Hay tres planes, según la gente que haya en casa y la cantidad de ropa, y se paga una tarifa plana, con recogida y devolución de la colada en casa. Empezaremos con el servicio en Santiago».

Reconoce Santi que, tras más de un año de incertidumbres a causa del covid, ahora continúan con la nueva tarifa eléctrica: «Es un poco pronto aún para sacar conclusiones sobre si hubo un repunte en la demanda por esto o no... Coincidió con el cambio de tiempo y es normal que, cuando vienen los primeros días de calor, tengamos más gente para lavar las mantas, edredones y la ropa del cambio de temporada. Por una parte, podría venirnos bien como negocio, porque somos de las lavanderías más económicas y habrá gente que en vez de poner la lavadora en casa venga aquí, ya que por 4 euros puedes lavar y secar 9 kilos de ropa. Pero habrá que ver también la sorpresa que nos llevamos con la factura en julio».

Explica que sus lavanderías tienen maquinaria eléctrica de gran consumo y es lo que más gasta. «Veremos si las comercializadoras empiezan a sacar ofertas, porque no podemos pedir a nuestros clientes que vengan de madrugada, o habrá que buscar fuentes alternativas y calentar el agua a gas, por ejemplo. Supondría una inversión y quizás nos veamos obligados a incrementar los precios, porque todo subió en los últimos meses: electricidad, gas, gasolina... Nosotros también hacemos servicios externos y el encarecimiento del combustible también nos afectan». Repara Santi en lo complicado que fue para algunos franquiciados seguir en pie con la pandemia: «Sin peregrinos, con la hostelería y los hoteles a medio gas y un abril y marzo nefastos podemos ir aguantando para pagar gastos, pero está siendo durillo».