La celebración de eventos en Santiago está en el 40 % de lo habitual antes del covid

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

PACO RODRÍGUEZ

El sector augura un verano con la mitad de actividad en relación a un año normal

17 jun 2021 . Actualizado a las 00:05 h.

La celebración de los eventos sociales, aquellos que entran en la denominación coloquial de la BBC (bodas, bautizos y comuniones), están iniciando un lenta recuperación, pero quedan todavía muy lejos de lo que sería normal para esta época del año. En junio, las salas de los restaurantes debían estar llenas todos los fines de semana, y los menos previsores tendrían serios problemas para encontrar hueco en un salón de eventos. Pero en plena desescalada de la pandemia la realidad es otra muy distinta.

Manuel Pérez, del Fogar do Selmo (Rois), asegura que muchos eventos suspendidos en el 2020 se cambiaron para este año, pero otros todavía siguen sin fecha. Además, las bodas se celebran ahora con menos invitados, lo que se traduce en una reducción del gasto medio por fiesta. Pérez asegura que la limitación al 50 % del aforo interior de los salones «es un problema para nosotros, porque reduce nuestro margen de maniobra». En la misma línea, se pronuncian en el Palacio del Carmen, donde perciben una recuperación «lenta, muy poco a poco. No hay comuniones, porque se cancelaron, y las bodas son muy pequeñas». En su calendario figuran bodas del 2020 que fueron trasladadas al 2022, y alguna «de solo 25 personas». Calculan que las celebraciones de eventos en junio en ese hotel rondarán el 40 % de lo que habría sido normal este mes en un año sin pandemia. De cara al verano esperan llegar el 50 %, tras una primavera muy floja: «En mayo estuvimos a un 10 %».

En uno de los salones de eventos más populares del entorno de Santiago, el de Los Robles, constatan que la situación «está mejor que hace un mes, pero aún muy lejos de los sería normal». Los clientes que anularon en el 2020 están regresando. «Los bautizos están repuntando, pero los niños llegan mayores. Muchos tienen un año y más», comentan. Las bodas aplazadas del 2020 al 2021 «están aguantando, y aquellas que tenían fecha para este verano están ahí, pero otras se cambiaron para el 2022». Luis Sevilla, de Los Robles, calcula que en verano el salón estará a un 50 % de lo normal, y con eventos con menos comensales. Por eso, pese a la subida de los costes del último año, mantienen los precios para tratar de captar clientes.

Óscar Vidal, de O Pazo do Asador, debería estar «desbordado estos días, pero es todo lo contrario. Tenemos fines de semana en blanco». Asegura que perdieron dos meses de comuniones, «y las bodas que se celebran son con menos gente, y muchas se están dejando para el año que viene». Las bodas «normalmente eran de entre 120 y 150 invitados, ahora de 90 y, excepcionalmente, de 120».

Merce Ares

Manuel Vidal padre que aplaza el bautizo de su hija

«El bautizo será cuando pueda haber fiesta»

Xoana tiene casi dos años, pero sus padres, Manuel Vidal Iglesias y Elena Iglesias López, tienen claro que no van a bautizarla «hasta que se pueda celebrar una fiesta con toda la familia». Manuel apunta que en su círculo familiar no hay muchas oportunidades por razones laborales para reunirse en familia con cierta frecuencia, así que, explica, la presentación oficial de Xoana es una de estas oportunidades que «no vamos a dejar escapar».

La fiesta «tiene que hacerse como está mandado, y más después de todo lo que estamos pasando». Manuel se refiere no solo al largo año de pandemia que ha puesto a prueba la resistencia de su negocio de hostelería, sino también al reciente fallecimiento de su abuela. Manuel está al frente del hotel Scala de Padrón, una de las salas que este verano debería estar desbordada de trabajo. «Pero es todo lo contrario. Seguramente, por el trabajo podríamos hacer el bautizo y la fiesta, pero quiero estar con toda la familia y sin limitaciones». En este sentido, entiende que se aplacen algunas celebraciones, y lamenta que se mantengan las limitaciones de aforo, «incluso en salones grandes como los nuestros».

A día de hoy, cree que septiembre puede ser el mes perfecto para el bautizo de su pequeña, pero «todo depende de las circunstancias de los próximos meses». Manuel considera que la vacunación marcará los tiempos, «no solo del bautizo de Xoana, sino de la recuperación de todo lo demás».

Una de las cuestiones que más le preocupa es la lentitud con la que se están recuperando los viajes en grupo: «Eran de personas mayores, que ya está vacunadas, pero no se animan. Puede haber algún grupo pequeño, pero de los de 300 y 400 personas que se organizaban en los ayuntamientos, nada». Su esperanza ya está puesta en el 2022, cuando «se celebrarán bodas que se aplazaron desde el 2020, pero aún hay que llegar al próximo año».