Denuncian que en torno a las eólicas hay muchas mentiras, como que genera muchos beneficios y puestos de trabajo o fija la población en el medio rural, así como que es una energía limpia y sostenible, algo que niegan porque solo la consideran «renovable» y siempre y cuando se someta al interés social y no al del mercado y las empresas multinacionales y transnacionales, que son las que ven detrás del plan. «Iso é especulación», afirma el manifiesto leído en Santiago, que pide también «outro modelo enerxético».
Tampoco comprenden los colectivos contrarios al nuevo plan eólico la necesidad de instalar las molinos de viento cuando Galicia es la comunidad con más aerogeneradores por habitante del Estado y ya exporta el 30 % de la energía que produce. Ven en esta iniciativa una nueva «colonización enerxética» como la que se produjo durante el Franquismo con la construcción de embalses para las hidroeléctricas «que xa destruiron os nosos ríos e agora apuntan aos nosos montes», advierten.