El Concello de Santiago esperaba que la Lei de Patrimonio Cultural fuera una herramienta para condenar a los infractores
02 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Las pintadas no son un problema nuevo para el Concello de Santiago. Todo lo contrario, el Ayuntamiento reconocía en 1997 que no había sido posible condenar a ninguno de los denunciados por las pintadas realizadas a raíz de una manifestación. Fuentes judiciales señalaron en su día que la mayor dificultad es probar la autoría de las pintadas, a no ser que se sorprenda a los infractores sobre el terreno. La situación sigue siendo la misma. Hace ahora 24 años, las autoridades locales esperaban que la Lei do Patrimonio Cultural fuera una herramienta para condenar a quienes dañan los bienes protegidos o que por lo menos las elevadas sanciones previstas en la normativa sirvieran de medida disuasoria. La realidad es que las pintadas en bienes de interés cultural bajaron, pero no se eliminaron totalmente. Además, sigue siendo indispensable sorprenderlos con las manos en la masa.