Como un niño con «zapas» nuevas

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

José Menéndez Zapico posa con un catálogo editado en Japón, considerado la biblia de las zapatillas «vintage», y rodeado por algunos de los modelos que ha ido adquiriendo. Con los años, dice, ha aprendido a desprenderse de muchos y el resto los guarda «gestionando con la habilidad de mejor diplomático el espacio disponible en los armarios de casa». ¿Las más antiguas? Unas Nike Air Max Penny 1 para jugar al básquet que compró en EE.UU. hace 20 años
José Menéndez Zapico posa con un catálogo editado en Japón, considerado la biblia de las zapatillas «vintage», y rodeado por algunos de los modelos que ha ido adquiriendo. Con los años, dice, ha aprendido a desprenderse de muchos y el resto los guarda «gestionando con la habilidad de mejor diplomático el espacio disponible en los armarios de casa». ¿Las más antiguas? Unas Nike Air Max Penny 1 para jugar al básquet que compró en EE.UU. hace 20 años XOAN A. SOLER

No es su medio de vida, solo una afición más para Zapi, un santiagués que podría usar un par distinto para cada día del mes y siente especial devoción por los modelos de los años 60 y 70

25 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Todo empezó a mediados de los 80, con el baloncesto, el deporte rey para José Menéndez Zapico (Zapi para los amigos). Era un adolescente cuando sintió el primer flechazo. Eran unas Converse FastBreak de lona, «con las que jugó la selección de EE.UU. en 1984 las olimpiadas de Los Ángeles y la última zapatilla no-Nike con la que pisó una cancha Michael Jordan», apunta el santiagués, una enciclopedia de las deportivas (palabra que detesta). Empezó entonces a descubrir el mundo de «los tenis, como se dijo toda la vida aquí, o de las zapas». Aunque no vive de ello y para él es solo una afición más —como el cine o los cómics—, a sus 52 años ha reunido una pequeña colección, suficiente como para tener un modelo distinto para cada día del mes. Tras aquel primer amor, recapitula, en un viaje del instituto a Londres llegaron sus primeras Nike, unas Blazer blancas y azules. «Estamos hablando de la época pre-Internet y compras online, cuando la posibilidad de tener ciertos modelos era imposible en España. Aquí prácticamente solo había los Top Ten y Europa de Adidas», explica Zapi. «Recuerdo un campeonato júnior celebrado en Santiago donde le compré sus Converse Maverick a un jugador canario, era una zapatilla de importación que no se comercializaba en la Península. No te cuento la cara de mi madre cuando llegué a casa con otras zapatillas... ¡y usadas!». Eso fue hace 35 años y, reconoce, las conservó hasta hace poco «por el valor sentimental, aunque ya estaban destrozadas».

Hoy los modelos de básquet que tiene son solo una tercera parte del total. La mayoría son de paseo, porque son más ponibles en el día a día, y siente especial predilección por las ediciones de finales de los 60 y principios de los 70, por sus «colores, líneas muy simples y que son infinitamente más cómodas. Las Waffle Racer de Nike son mis favoritas [tiene nueve pares], son las famosas zapatillas con la suela recreando un gofre que inventó Bill Bowerman, el cofundador de Nike y entrenador de atletismo de la universidad de Oregón, a principios de los 70. Él quería una zapatilla sin clavos pero con igual agarre y cuando estaba desayunando se dio cuenta que las ranuras de la plancha de gofres serían un molde genial para una suela de una zapatilla de correr», comenta haciendo de nuevo gala de sus conocimientos.

Aclara, eso sí, que «para nada me considero un coleccionista. Eso es otra liga. Hay gente que usa bots para conseguir el último modelo, que invierte en cosas súper exclusivas y las tiene guardadas en sus cajas. Yo me las pongo todas y tampoco creo que sea un número excesivo para una persona que lleva toda la vida comprándolas». «La zapas mas antiguas que aún tengo por casa son de básquet, unas Nike Air Max Penny 1 que compré en Estados Unidos hace 20 añitos», señala el compostelano, quien si tuviera los medios y acceso ilimitado se adjudicaría unas Nike Mag como las que llevaba Michael J. Fox en Regreso al Futuro II, uniendo así dos de sus grandes aficiones: cine y «zapas».

Armas desconfinadoras

«Cun libro, non hai mente que poida ser confinada», dice un aplaudido vídeo protagonizado por 18 niños de Rois y difundido a través de Facebook y YouTube con motivo del Día del Libro. La iniciativa —impulsada por el departamento municipal de Educación e Cultura, dirigido por Martín del Río— busca fomentar el hábito lector y los pequeños actores que participaron en el rodaje recuerdan el poder de las letras. «Os libros atrapan pero fante libre, cando andas perdido sinálanche o camiño e axudan a pasar páxina nos malos momentos», proclaman en el montaje realizado por la productora compostelana Xurdir, el cual acaba con el elenco al completo de escolares en las escaleras de la iglesia de San Mamede, con sus armas desconfinadoras en alto.

YOUTUBE

La fiesta más esperada 

Tras un año de sequía, las orquestas gallegas esperan que la situación sanitaria permita retomar este verano las fiestas. ¿La más deseada? Para un hombre de verbena como José Manuel (Zales), miembro de Los Satélites desde hace casi 15 años y entre palcos hace 20, las más esperadas son siempre «as festas da nosa aldea», como para tantos otros. El cantante de Tordoia, natural de A Ambroa (parroquia de Andoio), explica en un vídeo que recibió miles de visitas que ese «é o día no que reencontramos coa xente que durante todo o ano non vemos, coñecidos e familia. Creo que non deberíamos esquecernos diso porque as persoas estamos distanciándonos moito ultimamente», defiende en una grabación de menos de 5 minutos de promoción cultural publicada por el Concello en la que hace un alegato de la verbena, al tiempo que se acuerda de otros sectores que también lo están pasando igual de mal o peor que el suyo. Cuenta que, al principio, ellos pensaron que el parón sería de un par de semanas y acabaron la pasada temporada cancelando las 160 actuaciones que ya tenían contratadas. El artista tordoiés expresó su deseo de que pronto llegue ese día en que «volvamos a desfrutar das verbenas tan boas que temos na nosa terra».