Vecinos y comerciantes de Santiago se desesperan por el lento avance de las obras de Concheiros

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO

SANTIAGO CIUDAD

XOAN A. SOLER

«Botaron formigón para que creamos que avanzan», apunta un afectado

21 abr 2021 . Actualizado a las 16:37 h.

A las obras de Concheiros les faltan poco para llegar al ecuador del plazo de ejecución de nueve meses, y vecinos y comerciantes están seguros de que no terminarán en septiembre. «Teñen que facer do noso lado o mesmo que fan noutro; e aínda non acabaron alí. Non estarán en setembro. O tempo darame a razón», comentó un hostelero. Los vecinos están a un paso de perder la paciencia, y el comentario más repetido es el de «menos mal que no hay peregrinos, porque vaya imagen», se quejó una vecina.

Uno de los comerciantes más próximos a la avenida de Lugo confirmó que, en la tarde del lunes, «botaron formigón diante do colexio, pero é para que pareza que avanzan as obras», explicó. El tramo hormigonado irá ampliándose a medida que se complete la canalización. Un hostelero explicó que sus clientes de fin de semana suelen decir que «no ven diferencias. Vienen solo los sábados, y no ven avances».

El acceso a la calle es otro de los asuntos que preocupa, especialmente a los hosteleros y comerciantes, que aseguran haber visto reducidas sus ventas, porque «a xente non ven». Para llegar en coche, los conductores acceden desde la avenida de Lugo a la rúa Ameixaga, y de ahí por calles estrechas, entrar en el Cruceiro de San Pedro desde As Fraguas. En las últimas jornadas, al desviarse el autobús, el concejal de Obras, Javier Fernández, recomendó limitar la circulación por Concheiros solo a lo estrictamente necesario. Los residentes siguen moviéndose con la única restricción de no poder circular de entrada a Concheiros. En las primeras horas de la jornada de ayer, el tráfico fue muy escaso, y salvo las furgonetas y camiones de reparto que acuden a las tiendas de alimentación y supermercado, el resto entraron y salieron sin detenerse, salvo un coche que paró junto al colegio Juventud.

Otra de las preocupaciones de comerciantes y hosteleros es el aparcamiento que quedará después de las obras. «Os veciños deixarán os seus coches e non os moverán en días. Non haberá para vir a comprar», lamentan.

Conxo, un mes cortado

El segundo punto conflictivo en la ciudad por las obras se localiza en la Benéfica de Conxo, aunque el momento más complicado es en los momentos de entrada y salida de la jornada laboral, y más específicamente alrededor de las tres de la tarde. Los trabajadores del Psiquiátrico salen hacia la rúa Benéfica en dirección a Torrente o Conxo de Arriba, igual que los del resto de las empresas, en función de su destino. Los vecinos de A Fervenza y el Campo de Conxo, donde se centran los trabajos, también tienen que salir hacia la Benéfica. El paso desde Antón Fraguas está cortado para los coches, y solo es posible llegar desde el Campo de Conxo al otro lado del barrio, caminando. Esta situación se mantendrá durante, al menos, un mes.