Lámparas recicladas y diseñadas por una artesana de Compostela con mucha luz
SANTIAGO CIUDAD
Lía Cotón crea piezas a partir de botellas de vidrio o plástico y artículos desechados a los que da una segunda vida. Las vende en el Mercado Galego da Creatividade junto con sus piñatas covid, fabricadas «para remediar os efectos secundarios mentais da pandemia como o estrés, o mal humor ou a ansiedade»
13 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Es una de las últimas incorporaciones al batallón de artesanos que comparten local y vocación en el Mercado Galego da Creatividade. Lía Cotón estudió delineación, un año de Escenografía en Madrid, trabajó en el decorado de teatros y desde niña siente una atracción innata por las manualidades. Desde hace un tiempo se dedica al diseño y fabricación artesanal de lámparas a partir de materiales reciclados. Utiliza para ello desde botellas de agua o zumo (de vidrio o plástico) hasta objetos antiguos, obsoletos y artículos desechados a los que da una segunda vida. ¿El resultado? Productos «únicos, orixinais e exclusivos. Dou a posibilidade de personalizar as lámpadas, participando no deseño», indica esta santiaguesa de 45 años. Además, arregla aquellas de las que sus dueños son incapaces de deshacerse, porque hay una historia detrás o les tienen estima, y también crea puntos de luz especiales a partir de cualquier tipo de pieza que los clientes quieran recuperar. Cuenta Lía que emprendió este proyecto hace varios años: «É un proxecto vital que avanza pouco a pouco. Que vaia collendo forma por si só, paréceme algo bonito. Empecei coa idea de ir facendo cousas pola miña conta na época na que facía zocos xunto a Elena Ferro. Fun traballando nisto nos tempos libres e tiven momentos onde o deixei un pouco de lado. Agora, coa crise, retomei o proxecto contando co apoio do colectivo Creativas Galega, xa que sempre é máis doado facer forza xuntas e botarnos unha man coas vendas e o márketing, porque facelo un só non é doado», continúa Lía.
De su taller de Boqueixón salen tanto piñatas «para remediar os efectos secundarios mentais da pandemia como o estrés, o mal humor ou a ansiedade» como sus Lámparas 3R, nombre con el que las bautizó porque «resume a filosofía que levo: reciclaxe, recuperación e redución, para intentar loitar contra a obsolescencia programada do consumo e facer un uso das cousas máis responsable». De hecho, actualmente a compostelana compagina este proyecto con talleres para niños «cunha finalidade educativa de cambio de mentalidade no consumo e do respecto do medio ambiente». Nieta de un carpintero, dice que su afición por las herramientas y vena artística vienen de familia, en la que «son todos moi manitas». Y su inquietud la llevó a apuntarse «en cada curso que saía para aprender distintas técnicas e funme formando por observación con outros artistas e artesáns», hasta convertirse en una artesana con luz propia.
De Vacas brilla
En mayo se cumplirán seis años del nacimiento del grupo De Vacas en Santiago y el cuarteto ha demostrado con creces que no llegó para hacer una versión viral y desaparecer. Las voces siempre empastadas y armoniosas de Paula Romero, Inés Salvado y Faia Díaz, acompañadas por el guitarrista Guillermo Fernández, fueron protagonistas de la última gala de los Premios Mestre Mateo. Defendían el escenario vestidos con bata, ellas en camisón (de pies descalzos al inicio) y brillaron con su desparpajo, con melodías archiconocidas y letras bien hiladas, inspiradas en el audiovisual gallego. Todo, aderezado con esa nota de humor que tan bien afinan y guiños musicales para presentar a los encargados de dar a conocer a los ganadores. Y, para colofón, un bis con la presentadora de la gala, Lucía Veiga, que se sumó al himno musical de «Outro filme / novos filmes» al son de What a feeling de Flashdance... A Marela, a Pinta, a Morena e a Rubia de De Vacas nunca defraudan cuando toca animar y arrancar sonrisas.
Pesca en el río Furelos
Las aguas del Furelos, en Melide, fueron testigo del campeonato de pesca organizado por la Asociación de Troiteiros Río Furelos, en una disputada jornada en la que muchos de los participantes lograron el máximo de capturas permitidas y hubo que recurrir a las mediciones en varios casos para el desempate. El melidense Sergio Quintás Rey jugaba en casa y resultó vencedor. El segundo puesto fue para Enrique Janeiro González (de Sarria), el tercero para Santiago Penas Rodríguez (Compostela), y el cuarto y quinto para los hermanos Ángel y Sara Sánchez López, que con 10 y 11 años dejaron el pabellón local en muy buen lugar. Hubo también una distinción a la captura de mayor tamaño, que fue para Inocencio Lamas Aller (de Curtis). El campanu del Furelos cayó a las doce y media de la mañana. Capturado por Juan Lamas Rodríguez, jubilado y vecino de Sobrado, sacó una trucha de 1,55 kilos y más de medio metro de largo. Aunque este año no hubo la tradicional comida al finalizar por la pandemia, la mayoría de pescadores volvió con un buen botín a sus casas.