Catarsis

Ignacio Carballo González
ignacio carballo LA SEMANA POR DELANTE

SANTIAGO CIUDAD

27 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

ay siempre, lo alentemos o no, un voluntarioso sentimiento de volver a empezar, bajo mejores designios que el tiempo que dejamos atrás, cuando abrimos las puertas a un nuevo año. Un sentimiento de catarsis. Y no en otro lugar ni en otro momento como aquí, en Santiago, y ahora. Esta misma mañana empiezan a administrarse en la residencia de mayores Porta do Camiño las primeras dosis de la esperanza de que el 2021 será el año de la remontada después de las tragedias del covid. Remontada que ya no podrá ser para las personas, las más vulnerables, que se han quedado en el camino, pero que esperan con ansiedad todas las que padecen alguna situación de riesgo para la integridad de sus vidas y todas —al fin y al cabo, no se libra nadie—, las que de una forma u otra han visto trastocado su presente y sus expectativas por la devastadora propagación del virus, ya sea en su medio de vida o en su forma de relacionarse. El tiempo dirá si tanto sufrimiento podrá alumbrar un futuro más a la medida de la gente, solidario y humano. Aunque basta echar una mirada de reojo a las catástrofes del pasado para, a fuerza de ser realistas, no poder albergar demasiadas ilusiones. Aquí y ahora, un año santo como el que estamos a punto de estrenar es un aporte de energía para la remontada, en un sentido espiritual para quienes así lo viven o puramente material para quienes más están sufriendo los destrozos económicos de la pandemia. Por uno y otro motivo, y porque ayer Compostela enterró una parte del episodio más despiadado y socialmente incomprensible de su pasado reciente, es tiempo de catarsis. De esperanzado optimismo.