Los García extienden sus tentáculos

Juan María Capeáns Garrido
Juan capeáns SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

PACO RODRÍGUEZ

La familia de pulpeiros, que empezó en la Praza de Abastos y tiene un local pendiente de reapertura en A Raíña, estrena taberna en O Milladoiro

12 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Emilio García (Santiago, 1974) avisó en las páginas de La Voz en junio del 2019. «Si lo encuentro, monto otro local». Y con pandemia por el medio ha cumplido su palabra. Después de rebuscar en Compostela, de ver cómo caían en los últimos meses otros clásicos como O Tangueiro o el Fuentes, se decidió por O Milladoiro para ampliar la tradición familiar. La saga comenzó con su abuela vendiendo pescado en la Praza de Abastos, siguió con su padre en el Charra, en A Raíña, y él dio el paso pangalaico hace casi quince años como pulpeiro ambulante, después de explorar el mundo de las copas con la discoteca Sarela.

García, un tipo espabilado, necesitaba para sus proyectos empresariales la agilidad que nunca ha tenido el Concello de Santiago, que ha recocido a fuego lento el permiso para otro local emblemático en A Raíña -el que ocupaba la vinoteca O Beiro- que va a cumplir tres años cerrado. Él insiste con su reapertura con vistas al Xacobeo, pero el parón de las verbenas, donde ya se ha hecho un nombre, le ha obligado a acelerar el lanzamiento de un nuevo negocio en el vecino concello de Ames, en la calle Rosalía de Castro, sustituyendo al antiguo Mesón Alberto.

Siendo nueva, la taberna no necesita presentación. Cualquiera que se haya acercado a las carpas que monta desde hace años en Santa Susana durante las fiestas de la Ascensión o del Apóstol sabrán de la destreza con la que mazan el pulpo, la agilidad para cortar sus brazos y la velocidad de crucero con la que atienden las mesas corridas y escancian el barrantes en las tazas. La pulpería de O Milladoiro busca recuperar ese ambiente pero con las comodidades de un local moderno, sin estridencias, y con una carta sencilla, el sota, caballo y rey de las ferias: churrasco de cerdo y ternera, carne ao caldeiro y chorizos criollos o picantones. Y listo. A pleno rendimiento, el García espera acoger a un centenar de personas, pero en estos primeros días de fogueo está ocupando la mitad del aforo, cumpliendo unas normas que no han apagado los ecos del estreno, hace una semana.

Para avivar el fuego de las potas va a abrir todo el mes de diciembre, y en enero llegarán las rebajas para organizar los descansos del personal y ajustarse a una demanda que también satisface con comida para llevar, que es lo que más ha funcionado en los primeros días gracias a unas cajas de cartón redondas muy prácticas. Pero el espíritu no es ese. García quiere recuperar cuanto antes la escena de los platos de madera sobrevolando las mesas atestadas y sin tanta distancia social. Como el pulpo, somos animales de compañía.