Un nuevo negocio del casco antiguo compostelano reinventa la patata asada de feria a la gallega

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Sandra Alonso

Almudena López, chef y empresaria santiaguesa, abre en Porta Faxeira el «take away» Galipapas

10 nov 2020 . Actualizado a las 08:07 h.

«Ya sé que no es buen momento, pero abrimos un establecimiento de patatas asadas de feria para llevar». Así presenta la chef y empresaria santiaguesa Almudena López su nuevo proyecto. Se llama Galipapas y, como su nombre bien indica, es una reinvención a la gallega de todo un clásico en el sur de España y del baked potatoe de la cocina inglesa. El relleno, en este caso, es un guiño constante a los productos de la tierra. «La patata admite cualquier cosa que le quieras poner», dice esta santiaguesa con residencia en O Milladoiro (Ames), quien lleva más de veinte años en la hostelería y se ha atrevido con «un concepto distinto» en un momento más que delicado para el sector. En el nuevo local de Porta Faxeira ofrecen diez variedades.

La más sencilla, solo con salsa, lleva el nombre del negocio, y el resto fueron bautizadas con el nombre de distintos concellos. La de Lalín, por ejemplo, es de lacón con grelos y chorizo; la de Lugo, de zorza; la de Pontevedra, de pulpo; la de Arzúa, chicharrones con queso arzuano (cómo no); la de Padrón, de secreto ibérico y pimientos... ¿Y la de Santiago? Su versión picheleira tiene ternera, cebolla, pimiento y salsa de piquillos. Además, hay la opción de hacerla al gusto, eligiendo los ingredientes. Explica Almudena, también gerente y chef del primer restaurante del grupo Abrasador en la capital gallega —inaugurado hace un mes—, que Galipapas surge precisamente «pensando en la situación que atravesamos». Nace como un take away (con servicio a domicilio con Just Eat) y ha depositado en este proyecto toda su esperanza. Confiesa que ha pasado «muchas noches sin dormir, dándole vueltas a qué hacer. Fui a visitar a mi hijo, que vive en Málaga, y se me ocurrió introducir la idea de la patata asada aquí. En Andalucía hay muchos negocios como este, incluso cadenas nacionales, pero somos los primeros en Galicia. Tenía que estar en una calle con mucho tránsito, como los puestos de las ferias», destaca, y encontró un bajo en la rúa Bautizados que tenía todo lo que necesitaba.

Sandra Alonso

Eso sí, el horno donde asa las patatas envueltas en papel de aluminio está especialmente concebido para eso y «tuve que encargarlo fuera, a una fábrica del sur». Almudena aspira, si funciona bien, a hacer una franquicia gallega. «Para llegar a la Luna hay que apuntar a las estrellas», sentencia.

ISABEL ARAUJO

La cola de las castañas

En el otoño más atípico, todavía queda alguna costumbre convencional en la que refugiarse. Hasta ahora, no resultaba extraño ver la fila de gente que se forma en Porta Faxeira cuando bajan las temperaturas para calentar las manos y el estómago con las castañas asadas de Manolo Prieto, quien lleva la friolera de 54 años como castañero en su ciudad. Y ahí sigue, al pie del cañón a sus 68, con la misma locomotora con la que llegó su padre en 1947 a la capital gallega desde tierras ourensanas (aunque ahora motorizada y con muchos arreglos encima). En torno al castañero se volvía a formar una cola de más de una decena de personas este domingo, rompiendo la tónica de unas calles desangeladas y negocios con la verja baja. Esta estampa tradicional, capaz de sobrevivir a la pandemia, conmovió a varios viandantes, que no dudaron en sacar una foto para el recuerdo de este nuevo milagro obrado por el maestro castañero de Concheiros.

Cuando el grafiti es arte

En la Alameda compostelana se reunían este fin de semana diez jóvenes creadores. Armados con espráis y bajo una carpa, demostraron sus dotes en la final de grafiti del certamen Xuventude Crea. La obra O Raposo, de Javier Caamaño Pérez (A Coruña), obtuvo el primer premio, dotado con 3.000 euros. Estilo en continua construcción, de Adrián Lomba Balea (Vigo), el segundo, con 1.500 euros. Entusiasmo luminoso, de Daniel Fernández Vargas (Baiona), el tercero, con 1.000. Y la también coruñesa Fernanda Rodríguez recibió una mención especial del jurado por su Escornabois