La hostelería compostelana se harta de las restricciones y reprocha a la Xunta que les aboque al cierre

Xurxo Melchor
Xurxo Melchor SANTIAGO DE COMPOSTELA

SANTIAGO CIUDAD

El sector llenó el Obradoiro en una manifestación en la que rechazaron que se les criminalice cuando solo el 2,1 % de los brotes se origina en los locales de ocio

29 oct 2020 . Actualizado a las 21:31 h.

Si los hosteleros compostelanos cumplen las normas de seguridad contra el coronavirus con la misma eficiencia y control con la que organizan manifestaciones, habría que darles la razón cuando aseguran que sus negocios son seguros y que las restricciones que se les han impuesto son desmedidas. Ellos, adjuntan datos a sus palabras y destacan que, según el Ministerio de Sanidad, solo un 2,1 % de los brotes se producen en los locales de ocio, lo que supone un 4,7 % del total de casos activos, muy por detrás de las reuniones sociales como comidas familiares o de amigos o las fiestas en pisos, que llegan al 14,6 % de los casos activos. «Chegamos á conclusión de que canta menos hostalaría máis contaxios no ámbito social privado», asegura el manifiesto que leyeron los actores Federico Pérez y Patricia Vázquez, representantes de otro sector muy golpeado por la crisis y que ironizaron en su agradecimiento «á Asociación Hostelería Compostela por deixarnos actuar hoxe aquí, porque xa non podemos actuar en ningún sitio».

A los hosteleros les parece que la Xunta está siendo demasiado estricta con ellos y señalan que Galicia es la segunda comunidad autónoma con mayores restricciones al sector «a pesar de ser o terceiro pola cola en números de casos por 100.000 habitantes». Por ello, reclaman un diálogo con el Gobierno gallego «permanente e activo» para defender sus negocios y los puestos de trabajo que generan, que resaltan que representa el 20 % del Producto Interior Bruto (PIB) gallego.

A la Xunta le reprochan también que no haya puesto sobre la mesa un plan de rescate del sector, lo que les ha dejado en una situación «insostible desde o punto de vista económico, máximo aquel dependiente dos fluxos de turismo, como é o hospedaxe ou do chamado ocio nocturno». Los hosteleros no creen en las soluciones que hasta ahora ha propuesto el Gobierno gallego, que tachan de «anuncios improvisados que non se concretan» o de «unha orde de axudas dos estabelecementos de ocio nocturno, claramente insuficiente e que non vai asumir de media máis que un mes dos sete que levamos pechados».

Los hosteleros quieren dejar claro que ellos defienden la salud y la vida como «a máxima prioridade», pero destacan que «a economía é tamén condición necesaria para garantir a vida, polo que urxe tomar decisións nesta materia» y reivindican que cumplen escrupulosamente las normas de seguridad que dictan las autoridades sanitarias «e demóstrao a práctica nulidade de sancións que existen no sector».

Para ellos, la hostelería no solo no es un problema, sino que forma parte de la solución a la pandemia del coronavirus porque, afirman, «cada vez que restrinximos a hostalaría, cada vez que se restrinxe a maneira profesional e responsable de facer as cousas, danse alternativas de ocio como as que ofrecemos, en espazos privados, sen medidas de seguridade».

Creen, además, que cuentan con el apoyo de la mayoría de la ciudadanía, por lo que ven en la manifestación de Santiago «un punto de partida dunha nova etapa» que, eso sí, no auguran que vaya a ser fácil. La concentración, que partió del Obradoiro para recorrer la zona monumental, estuvo acompañada de una huelga que cerró los establecimientos que seguían abiertos pese a las últimas y muy severas restricciones por el coronavirus. En las puertas de los locales, para explicar el cierre, cuelgan carteles que afirman: «Pechamos para abrir».

El alcalde reclama ayudas como las que reciben los mariscadores por cese de actividad

Acompañando a los manifestantes y a la presidenta de la Asociación de Hostelería Compostela, Sara Santos, en la concentración de la plaza del Obradoiro, desde la que después partió la manifestación que recorrió la zona monumental, estuvieron presentes representantes de todos los partidos que forman la corporación municipal: PSdeG-PSOE, PP, Compostela Aberta y BNG. El alcalde, el socialista Xosé Sánchez Bugallo, afirmó que con su presencia en el acto quería demostrar que se pueden conjugar dos cuestiones «que non son contraditorias», puntualizó. De un lado, «respectar e cumprir a normativa que emana do comité clínico e a normativa que instaura a Xunta e pedir compensacións ou apoio a aqueles sectores que, como consecuencia destas medidas, se ven afectados de forma moi grave na súa actividade», afirmó.

El regidor compostelano añadió que todo el mundo entiende que la situación por la que estamos atravesando es «terrible» y que es necesario «adoptar medidas que deben ser cumpridas e apoiadas» pero que, al mismo tiempo, «debemos entender que cando se lle esixe un sacrificio específico e diferenciado a determinados sectores, tamén estes sectores teñen que ser apoiados».

Bugallo pone como ejemplo de lo que debería hacerse con la hostelería el trato que reciben los mariscadores cuando, por causas sanitarias o medioambientales, se les paraliza la actividad. «Cando iso ocorre se lle abona unha cantidade aos mariscadores e mariscadoras», una solución que reclama para los hosteleros porque las restricciones actuales «obrigan practicamente a un peche dun porcentaxe moi elevado» del sector.

PACO RODRÍGUEZ

Manuel Vázquez: «Estamos cerrados, porque terraza no tenemos»

Manuel Vázquez está al frente de uno de los locales con más solera de Santiago, La Flor, situado en Casas Reais. A su negocio las últimas restricciones le han obligado a cerrar. «Esto nos aboca a aguantar de una manera muy desarmada. Estamos cerrados porque terraza no tenemos, el tiempo es el que es y la situación social es mala», señala. Las medidas contra el coronavirus le han forzado a enviar a los ERTE habilitados por el Gobierno central a sus seis trabajadores, además de a los dueños del negocio.

CENAMOR

Teresa Castelo: «También hay que mirar por los empleados»

Teresa Castelo es otra de las trabajadoras del sector hostelero que se ha quedado sin trabajo por la crisis del coronavirus. «Mi jefe me envió al ERTE y me dijo que primero tenía que buscar él su solución para luego arreglar mi solución», algo que ve «demasiado lejano». Reclama que la sociedad no solo mire por los hosteleros como damnificados por la crisis «sino también por los empleados». El futuro lo ve «muy mal» y, añade, «más si existen empresarios no cualificados» que se aprovechan de los trabajadores.

PACO RODRÍGUEZ

Luis López: «El restaurante en el que trabajaba cerró»

Luis López es cocinero de profesión y llevaba ocho años trabajando ininterrumpidamente hasta que en su vida, como en la de todos, se cruzó el coronavirus. «Ahora mismo estoy en el paro porque el restaurante en el que trabajaba cerró porque no tenía trabajo», señala. A él, como a tantos otros trabajadores del sector de la hostelería, el covid y las duras restricciones impuestas por las autoridades sanitarias para combatirlo le han costado su puesto de trabajo. «No quedó otra que bajar las persianas y para casa», se lamenta.

CENAMOR

María Camino: «Fomentan que hagan fiestas en pisos»

María Camino trabaja como camarera en uno de los restaurantes del grupo Milongas. «Nos quitaron la mitad de la terraza y luego la mitad adentro. Ahora nos obligan a cerrar a las 22.30 horas. ¿Cuándo va a venir la gente a cenar?, ¿a las ocho?, no. Así lo que están fomentando es que vayan a los pisos y hagan fiestas sin seguridad», explica. Una práctica de riesgo que, asegura, es justo lo contrario de lo que sucede en sus locales: «Nosotros estamos muy encima de la seguridad y cumplimos todas las normas de higiene».