¿Sería capaz de cenar el santiagués a las 20 para apoyar a la hostelería?

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

XOAN A. SOLER

Cre Cotte y otros restaurantes piden a sus clientes que vayan antes para sortear el toque de queda

28 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El debate lleva en el aire muchos años, pero nunca se dio el paso de adaptar el horario español al europeo. Ahora la hostelería nacional lo pone de nuevo encima de la mesa, en un intento por sortear el toque de queda impuesto a partir de las once de la noche para frenar la pandemia. Se trata de adelantar el último servicio, con la complicidad de sus clientes, y evitar así que el agujero de las pérdidas se haga más grande. La gran pregunta es: ¿sería capaz el compostelano de cenar a las ocho de la tarde para apoyar a los hosteleros de si ciudad? La respuesta no está clara. «Es complicado, porque a esa hora muchos aún no han salido de trabajar», indican los afectados, pero esperan que la sociedad vuelva a mostrar su cara más solidaria, como en la primera ola. Entre los negocios que se unen al llamamiento está por ejemplo La Piccola Italia, en plena plaza de Fonseca, bajo los mandos de Giulia Nesti y Alessio Scavio. También Cre Cotte, la crepería que lleva ya 23 años en A Quintana. Su gerente, Lázaro Rodríguez, explica que, ante el nuevo marco horario, ellos van a admitir gente hasta las 22 o 22.15 y ya han adelantado una hora la apertura (a las 19, en vez de a las 20). Él asegura que no solo hay turistas internacionales a primera hora: «Últimamente hemos tenido algún nacional que viene antes por prudencia, para no coincidir con tanta gente. Sin embargo, es algo muy excepcional, no es lo habitual, aunque no está de más que nos vayamos haciendo a la idea de comer antes, por una cuestión nutricional y de buenos hábitos». Repara, por otra parte, en que el bum de la comida para llevar —en su caso pasó de suponer el 5 % a un 20 %— también les permite a ellos adelantar horarios: «Nosotros, además de con Glovo y Deliveroo, trabajamos con la nueva plataforma local Obvious Eat, que tiene una ventaja respecto al resto y es que te permite hacer el pedido en la víspera o ese mismo día por la mañana, por lo que también nosotros nos podemos adelantar en la cocina». La restauración santiaguesa parte con una ventaja respecto a la de otras ciudades y es que al ser esta ciudad un destino cosmopolita, muchos negocios llevan años adaptados al horario europeo. «Nosotros abrimos a partir de abril o mayo todo el día, pensando en el turista internacional que viene mucho antes a comer y a cenar», apunta Lázaro, quien hoy estará entre los profesionales que se sumen al parón, solidarizándose con todos los locales nocturnos, bares y cafeterías que han tenido que cesar su actividad. «Da mucha tristeza ir por la calle y ver todos los negocios cerrados», dice.

Paco Rodríguez

«A noite en que todo cambiou»

Concha Otero (Vedra, 1967) comparte con el mundo una historia muy personal, la de una enfermedad. El marido de esta técnica informática, Juan, sufrió un derrame cerebral el 2 de agosto del 2005 y ella comparte ahora con el mundo los retos a los que se enfrentó su familia desde entonces en un libro, La noche en que todo cambió. La vida con DCA. Concha, actual vicepresidenta de la asociación compostelana de daño cerebral Sarela presentó ayer la obra editada en gallego y castellano por Hércules de Ediciones en el pazo de San Roque, acompañada por la profesora de la USC e investigadora del CRPIH Blanca Ana Roig y por el secretario xeral de Política Lingüística, Valentín García.

irene martin

Ocho siglos de tradición

Las técnicas son las mismas que hace ocho siglos y se han ido transmitiendo de una generación a otra, de un tiempo a otro. «Bigornia, martelo, coñecemento dos metais que se traballan e das técnicas propias de cada metal», enumera el herrero santiagués Santiago Martínez (Chago), maestro a su vez para la veintena de personas que asistieron al taller práctico de forja tradicional impartido junto al madrileño Thomas Mink en las instalaciones de la Fundación Laboral da Construción. La actividad formaba parte del Curso Superior de Xestores de Obras de Rehabilitación que dirige el arquitecto Ángel Panero e impulsa el Consorcio de Santiago de mayo a noviembre.