Esteban Iglesias: «Nos encontramos en el peor momento de la historia hotelera»

B. Casal SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Esteban Iglesias señala que sin los ERTE la situación sería insostenible para sus negocios
Esteban Iglesias señala que sin los ERTE la situación sería insostenible para sus negocios Sandra Alonso

El director del NH de Santiago cree que el Xacobeo es lo único que puede estimular la recuperación para el próximo año

18 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Además de atípico, el verano ha sido nefasto para los negocios que viven del turismo en Compostela. Los próximos meses de otoño e invierno pintan incluso peor, sobre todo para sectores como el hotelero. Esteban Iglesias, director del NH Collection de Santiago y presidente de Unión Hotelera Compostela, cree que sus negocios se enfrentan al peor momento de su historia.

—Primero de todo, la pregunta obligada. ¿En qué situación está el sector hotelero?

—Todos sabemos lo mucho que está sufriendo el mundo turístico en general. No solo en Santiago, Galicia o España, sino en todo el mundo. Es la primera vez que todo el sector hotelero, a nivel mundial, está viviendo una situación de crisis a un tiempo y por el mismo motivo. El futuro lo vemos con esperanza, pero ahora mismo nos encontramos en el peor momento de la historia hotelera.

—Las tasas de ocupación se desplomaron durante el verano.

—El mes de julio fue peor de lo esperado y ya no lo esperábamos muy bueno. Agosto fue el mejor en lo que va de año, pero eso no es mucho decir, y en otoño las cifras caerán más. Los establecimientos de la Unión Hotelera cerramos el mes de septiembre con un 30 % de ocupación y las previsiones para octubre son de un 20 %. Esas cifras son de pérdidas. La facturación de este año caerá un 80 % respecto al 2019, pero los gastos hay que seguir pagándolos. El mayor de todos es el de personal, sin duda alguna, y, si no fuera por los ERTE, la situación sería insostenible. Durante el verano, en el NH recuperamos a casi toda la plantilla. Fue el mayor momento de alegría de todo este año, pero la verdad es que duró poco porque los hemos tenido que ir metiendo otra vez en ERTE porque la situación es verdaderamente complicada.

—¿Qué otras medidas cree que son necesarias para el apoyo y la reactivación sus negocios?

—A nivel nacional, lo dicho. La renovación de los ERTE hasta que se pueda vender, porque ahí no querremos a nadie parado, sino trabajando. En cuanto al apoyo local, estamos en contacto con el alcalde y el concejal de Turismo, a los que les hemos pedido ayuda para rebajar el IBI y el pago de la basura. Luego está la promoción, que es lo que le reclamamos a la Xunta. Es cierto que ahora mismo sería extraño ponerse a promocionar el Xacobeo, pero queremos que se haga en cuanto se pueda. Hay mucha gente en España y en Europa que no sabe que el próximo año es santo y ahí necesitamos una campaña importante. Santiago puede ser un destino muy atractivo, sobre todo desde el punto de vista espiritual. Con las promesas para cuando todo pase, Compostela pueda ser una de esas ciudades que la gente quiera visitar.

—Hay movimientos para prolongar el Xacobeo hasta el 2022.

—Sería una muy buena noticia, sobre todo sabiendo que este enero ya no va a ser el de un año santo normal. Si se arregla la situación sanitaria, tenemos la posibilidad de remontar. No será igual que el año pasado, porque pase lo que pase el Xacobeo va a ser peor que el 2019, pero tenemos una oportunidad diferenciadora respecto a otras ciudades. Si no se consigue extenderlo porque el Vaticano no lo acepta, la Xunta sí que puede organizar actividades para atraer gente como si fuese año santo normal.

—Los sectores interesados en ello son muchos. ¿Qué supone el turismo para Santiago?

—Hay veces que se demoniza y se habla de él desde un punto de vista despectivo. Renegar del turismo en una ciudad como esta es renegar de la esencia de Compostela. Casi todo el mundo vive de este sector en mayor o menor medida porque abarca muchas cosas. Es una industria que genera ingresos para la actividad pesquera y agrícola, que dependen de la restauración y de esos turistas que llegan y comen en un restaurante. Y no solo es ocio, también hay un turismo de empresa. Hay gente que viene a la ciudad para reuniones. Una ciudad sin hoteles no tiene futuro, sobre todo porque no es atractiva desde el punto de vista empresarial. Si vienes a Santiago por el Xacobeo y no tienes hoteles donde quedarte, ¿qué haces?

Las escapadas en coche, el único turismo que llega en tiempos de coronavirus

Durante el verano, la mayor parte del turismo que llegó a los hoteles santiagueses fue de cercanía. Las escapadas desde Asturias o Castilla León fueron las más comunes en los meses estivales, según apunta el director del NH Collection, que añade que «alrededor de un 95 % llegó en coche». El poco turismo internacional que recibieron lo hizo desde el norte de Portugal y, como norma, es de tipo tranquilo y ordenado; no va buscando fiesta. En cuanto al perfil que visita sus hoteles, Esteban Iglesias indica que «el que decide viajar es el que quiere salir de casa tras unos meses sin poder hacerlo», que es el que compensa mínimamente la bajada de los que llegaban desde países como Estados Unidos, China o Japón y que ahora ya no viajan.

Por otro lado, las restricciones y las complicaciones para volar desde determinados países no son sus únicos problemas, puesto que muchos turistas siguen esperando a que la situación mejore por miedo a contagiarse en sus vacaciones. No obstante, los propietarios de los hoteles aseguran que sus establecimientos son territorios seguros y, en el caso de Santiago, recuerdan que no se ha producido ningún brote asociado a sus negocios. «Nosotros tenemos clarísimo lo seguras que son nuestras instalaciones. Cualquier pareja o familia que decida ir a un hotel va a estar en un sitio seguro», afirma Iglesias, que destaca que todas las medidas higiénico-sanitarias se cumplen al 100 %. «El distanciamiento social entre clientes es enorme. Cuando llegan, se van a su habitación y es como si estuvieran en su casa. En los desayunos pasa más de lo mismo. Se les sirven los alimentos, a los que no pueden acceder por ellos mismos, y luego van a las mesas con los aforos establecidos», señala el director del NH.