Pachu M. Torres: «Fue el hijo del fundador de 'Playboy' quien vio mis dibujos y me fichó»

Olalla Sánchez Pintos
Olalla Sánchez SANTIAGO DE COMPOSTELA

SANTIAGO CIUDAD

El ilustrador, que se inspira en su estudio, de noche, y siempre acompañado de café solo, se enfoca en el dibujo erótico, con obras, a lápiz y a pincel, a las que dedica, durante tres jornadas, hasta ocho horas diarias. Aún así, no olvida su pasión por el cómic: «Me queda la espinita de dibujar de forma oficial a Batman».
El ilustrador, que se inspira en su estudio, de noche, y siempre acompañado de café solo, se enfoca en el dibujo erótico, con obras, a lápiz y a pincel, a las que dedica, durante tres jornadas, hasta ocho horas diarias. Aún así, no olvida su pasión por el cómic: «Me queda la espinita de dibujar de forma oficial a Batman». PACO RODRÍGUEZ

El ilustrador santiagués, al que Cooper Hefner contactó por mensaje privado de Instagram, se declara como coleccionista de cuentas censuradas en esta red social. «Ya me han cerrado doce», confiesa

14 oct 2020 . Actualizado a las 00:05 h.

Reconoce que fue con la obra de autores como Milo Manara, el maestro del cómic erótico, cómo evolucionó de una pasión infantil por tebeos de superhéroes hacia lecturas donde ganaba peso la sexualidad y el cuerpo femenino, un estilo que iba a marcar su carrera como ilustrador. Hablamos con Pachu M. Torres, el dibujante de 35 años nacido en Asturias que creció, también a nivel artístico, en Compostela. «Nos instalamos aquí en 1989, cuando tenía cuatro años. Me acuerdo de la fecha porque fue cuando fui al cine a ver Batman», refresca con nostalgia. «Me encantaban los cómics y desde el principio quise dibujar lo que veía», añade sobre una vocación autodidacta. «Me fijaba en cada autor, en su estilo, analizaba la pintura», incide con naturalidad mientras muestra decenas de títulos que aún conserva.

Ya de joven se decantó por Filología Hispánica y dio clases de español a extranjeros en la USC pero ello no impidió que dejase de cultivar una afición convertida también en salida laboral con trabajos de cartelería para distintas instituciones. Fue en el 2012, con la eclosión de las redes sociales, cuando su trayectoria definitivamente se orientó. «Empecé a subir a Instagram dibujos que me gustaban, en un primer momento, de superhéroes. Cuando publiqué uno erótico aquello fue un bum. Pasé de 200 ‘me gusta' a 4.500. Vi que había interés y seguí compartiendo este tipo de ilustraciones», precisa el autor, que abandera un estilo único y renovador, envuelto en colores de neón. Sus dibujos se focalizan en las mujeres, en su placer, con escenas de dominación y sumisión que él niega que le hayan supuesto críticas. «Recibí muy pocos comentarios sobre ello. Solo se puede malinterpretar como sexista si no se entiende de qué va. El target que tengo es de gente que le gusta este erotismo. De hecho, el 70 % de los seguidores de la cuenta son mujeres», se reafirma. De nuevo con una sonrisa, aunque resignado, incide en cómo ha sufrido la estricta política de la red social respecto a los desnudos. «Soy un coleccionista de cuentas censuradas en Instagram. Me han cerrado doce. La actual supera los 350.000 seguidores y lleva un año abierta. Estoy batiendo una plusmarca», bromea sin negar todas las ventajas que le ha reportado el medio.

«Fue a través de esta red cómo también se dieron a conocer, sobre en EE.UU., muchas de las caricaturas que hice de personajes de series de ficción, como de Twin Peaks, de la que soy devoto. Para mí fue un orgullo que varios de sus actores me pidieran algunas. Coincidiendo con la tercera temporada hice dibujos que salen en su Blu-ray», apunta satisfecho sobre un prestigio que no cesó de crecer.

Ilustración de Pachu M. Torres de Laura Palmer, personaje en torno al que gira la trama de la popular serie de televisión «Twin Peaks»
Ilustración de Pachu M. Torres de Laura Palmer, personaje en torno al que gira la trama de la popular serie de televisión «Twin Peaks»

En el 2016 le encargaron ilustraciones para la alfombra roja de los premios de la crítica cinematográfica estadounidense. Un año después llegaría la sorpresa. «Me llegó un mensaje privado a Instagram de Cooper Hefner, el hijo del fundador de Playboy. Vio los dibujos que subía a la red, que desde el 2015 eran casi todos eróticos, y me fichó. Aquello me parecía increíble y hasta saqué capturas de la página. Además, estaba en riesgo de que me cerrasen la cuenta y no quería perder su contacto», detalla riendo sobre el inicio de una colaboración que aún continúa y que recibió con una mezcla de ilusión y respeto. «Soy una persona muy perfeccionista y me daba miedo defraudar. Para mí, que no dibujaba para ninguna revista, fue pasar como de cero a cien», incide sobre un trabajo que le supuso más reconocimientos -«uno de mis dibujos sobre sadomasoquismo fue lo más visto en un año en las redes de la publicación»- y anécdotas. «Me pagan con cheques que tienen la serigrafía del conejo. El del banco alucinó la primera vez que aparecí con él. Pensó que era de broma», apunta.

Sin descanso, el multidisciplinar ilustrador, que combate la inactividad del dibujo arbitrando partidos de baloncesto, desliza más satisfacciones, como la de ver al vocalista de los Guns N' Roses luciendo una camiseta con una ilustración suya del Joker y su amante.

Axl Rose, el cantante de los Guns N' Roses, llevó en una gira una camiseta del ilustrador santiagués
Axl Rose, el cantante de los Guns N' Roses, llevó en una gira una camiseta del ilustrador santiagués

También subraya cómo crecen las ventas en su web, sobre todo con clientes de EE.UU. y del norte de Europa. «En España aún tenemos que romper tabúes», defiende sin olvidar lo bien acogido que fue en su círculo su trabajo en Playboy. «Hasta mi abuela comparte en sus redes mis dibujos. Es el mundo al revés», concluye divertido.