El niño asesinado por su tío en Santiago estaba en la casa con su abuela y sus dos hermanas

Xurxo Melchor
Xurxo Melchor SANTIAGO DE COMPOSTELA

SANTIAGO CIUDAD

El pequeño, de tres años, fue estrangulado en la tarde del lunes cuando jugaba con los otros niños

06 oct 2020 . Actualizado a las 12:35 h.

A medida que avanzan las horas se van conociendo más detalles del terrible suceso que ha conmocionado por completo a Santiago: la muerte de un niño de tan solo tres años, estrangulado por su tío. Si en un primer momento trascendió que el pequeño se había quedado a solas junto a su tío en la casa de los abuelos, ahora se sabe que en la vivienda en ese momento también se encontraban las dos hermanas del niño —solo unos años mayores que él— y que los tres menores estaban al cuidado de otro adulto, concretamente de su abuela, que nada pudo hacer por evitar el trágico desenlace.

La dramática secuencia de acontecimientos que se vivió en el número 17 de la calle Loureiros, en el barrio de Santa Clara —al norte de la zona monumental compostelana—, arranca en la tarde del lunes, cuando los tres hermanos se quedaron jugando en la vivienda en la que viven sus abuelos, una casa de dos plantas, en compañía de su abuela y de su tío.

La familia es muy conocida y querida en Santiago. El abuelo del niño fallecido, José Luis Cepeda, tiene un popular ultramarinos en la plaza de Cervantes, junto al que está la consulta de podología de su hija, Celia Cepeda Quintela, que es la madre del pequeño muerto. El presunto asesino es su hermano, Santiago Cepeda Quintela, de 39 años. Las primeras hipótesis apuntan a que este hombre pudo sufrir un brote psicótico, ya que ya arrastraba algunos problemas mentales. Había acudido a consultas psiquiátricas por problemas de depresiones, aunque nada que hiciera pensar a la familia en que hubiera riesgo de algo tan grave como lo ocurrido.

El estrangulamiento se produjo sobre las ocho de la tarde. Los niños jugaban juntos en la planta baja de la casa y, según fuentes policiales, Santiago Cepeda habría cogido a su sobrino de tres años y lo habría llevado hasta el piso superior, donde lo habría matado con sus propias manos. Fue la abuela la que vio la sobrecogedora escena y dio la voz de alarma. Una vez avisados del suceso, acudieron a la vivienda los padres del niño. Tanto la madre como el padre, Marcos López Fernández, son sanitarios de profesión. Ella estudió enfermería y podología y él es técnico radiólogo en el Hospital Clínico compostelano. Por ello, cuando se presentaron en la vivienda y vieron que su hijo no respiraba, fueron ellos mismos los que le hicieron la primera reanimación cardiorrespiratoria, aunque enseguida comprobaron que ya no había nada que hacer.

El primer aviso policial lo dio un agente que estaba fuera de servicio y que al pasar junto a la casa oyó gritos, por lo que llamó a la puerta preguntando qué sucedía y finalmente accedió al interior. Al ver lo que había pasado llamó inmediatamente a la comisaría para pedir refuerzos.

En pocos minutos, un gran dispositivo policial se formó en torno a la vivienda de la calle Loureiros y se procedió a la detención del presunto asesino, que fue sacado de la casa en una silla de ruedas y trasladado en ambulancia al Hospital Clínico de Santiago completamente ido. Aunque la hipótesis de que sufriera un brote psicótico es la principal con la que trabajan los investigadores, este extremo tendrá que ser confirmado por los forenses que lo examinen, por lo que fuentes policiales puntualizan que por el momento se trata de un sospechoso de asesinato y que se analizan todas las líneas de investigación posibles para tratar de esclarecer el trágico suceso.

El supuesto asesino está hospitalizado y custodiado por la Policía Nacional

Tras estrangular a su sobrino, Santiago Cepeda quedó en estado de shock. Estaba totalmente fuera de sí, ausente, cuando los agentes de la Policía Nacional se personaron en la casa de la calle Loureiros advertidos por el compañero fuera de servicio que los avisó al oír gritos en el interior de la vivienda. De hecho, tras ser detenido por el presunto asesinato de su sobrino, tuvo que entrar en silla de ruedas en la ambulancia en la que fue necesario trasladarlo al Hospital Clínico compostelano, en el que quedó ingresado.

En el centro médico de referencia de la capital gallega permaneció Santiago Cepeda toda la noche del lunes al martes y toda la jornada de ayer. Está custodiado en todo momento por agentes de la Policía Nacional, porque su situación es actualmente de detenido, a la espera de que su estado de salud le permita declarar, momento en el que será puesto a disposición judicial para que pueda ser interrogado por un juez.

Posible inimputabilidad

En el caso de que los forenses dictaminen que sufrió un brote psicótico y que eso fue lo que lo llevó a estrangular a su sobrino de solo tres años, Santiago Cepeda no tendría responsabilidad criminal por este acto, ya que así lo estipula el Código Penal, que limita esta posibilidad a aquellos que «a causa de cualquier anomalía o alteración psíquica, no puedan comprender la ilicitud del hecho o actuar conforme a esa comprensión».

En estos casos, lo normal es que la sentencia acabe ordenando su ingreso obligatorio en un centro psiquiátrico por un tiempo mínimo, pero no en prisión. Además, los jueces condicionan la vuelta a la vida en sociedad de los afectados a que los médicos que lo examinen lo autoricen.

Fue profesor en Almería y volvió a Santiago

Santiago Cepeda Quintela estudió en Compostela y después obtuvo plaza como profesor en Almería, donde estuvo trabajando. Hace un tiempo, decidió regresar a Galicia porque no estaba atravesando por un buen momento, con depresiones que el confinamiento decretado por la pandemia del coronavirus habían empeorado. Entre los que coincidieron con él en las aulas recuerdan que de joven tuvo que ser operado de una afección cerebral. Pese a todo, en la familia no consideraban que su estado entrañase ningún peligro y menos de que pudiera cometer un acto tan atroz.