Paula Pérez: «¿Fucsia y rojo? Aún recuerdo el impacto de nuestro primer escaparate»

Olalla Sánchez Pintos
Olalla Sánchez SANTIAGO DE COMPOSTELA

SANTIAGO CIUDAD

Paula Pérez posa en uno de los rincones de Elsavadeboda, la tienda de estilismos integrales para invitadas que fundó junto a su hermana en Santiago hace 15 años. El espacio supuso una nueva forma de entender la mezcla de colores.
Paula Pérez posa en uno de los rincones de Elsavadeboda, la tienda de estilismos integrales para invitadas que fundó junto a su hermana en Santiago hace 15 años. El espacio supuso una nueva forma de entender la mezcla de colores. XOAN A. SOLER

La creadora repasa los primeros 15 años de Elsavadeboda, la tienda de moda que sorprende en la rúa Xeneral Pardiñas. «Nos ofrecieron irnos, incluso, a Catar. Pero nunca renunciaremos a Santiago», confirma

20 jul 2020 . Actualizado a las 22:10 h.

Cuatro meses después de que Elsavadeboda haya cumplido 15 años en Santiago (la celebración quedará probablemente para el 2021), charlamos en la vanguardista tienda de la rúa Xeneral Pardiñas -un hervidero de ideas de moda y complementos de fiesta-, con Paula Pérez, una de las dos hermanas fundadoras. Entre espontáneas risas, esta fisterrana de 48 años repasa una trayectoria que pone en valor el buen gusto y la elegancia pero también la determinación. «Nunca me imaginé que mi pasión de niña por mezclar colores iba a materializarse en una tienda», evoca sobre una infancia durante la que ya acompañaba a su madre, dueña de unas galerías, a ver colecciones de ropa.

Tras estudiar Económicas y hacer un máster en administración financiera y tributaria, trabajó en banca, donde llegó a ser directora de oficina, primero en Ordes y luego en Compostela, hasta que un incidente le hizo replantearse su vocación. «Tuve una experiencia vital que fue que nos atracaron a punto de pistola. Nos maniataron y nos dejaron encerrados. Nunca temí por mi vida. Tampoco me quedó ningún trauma aunque este episodio sí me empujó a pensar a qué me quería dedicar en realidad. Fue un gran aprendizaje», relata sin perder su sonrisa. «No me abato fácilmente», reconoce vital.

El cambio llegaría poco después, en el 2005, cuando se decidió a impulsar junto a su hermana, que en ese momento ya trabajaba en el mundo de la moda, una tienda con la que, primero desde la Algalia y tres años después desde el Ensanche, trataron de satisfacer una demanda que ellas padecían. «No encontrábamos un lugar donde salir vestidas para un evento de los pies a la cabeza», razona sobre el porqué de un negocio innovador, que apostó por un estilismo abierto a las mezclas y con el que rompieron ciertos estándares a la hora de comprar. «Aún recuerdo el impacto que supuso nuestro primer escaparate. Muchos nos preguntaban: ‘¿un top fucsia y una falda roja?' Al principio aún no les casaba», apunta divertida esta autodidacta en el mundo de la moda que ya se pudo dedicar a su pasión, crear. «Con este espacio fuimos fieles a nosotras mismas. Creo que ayudó a que la gente se atreviese a fusionar colores», añade la emprendedora visualizando lo importante que es el asesoramiento personal a las clientas -con las que siempre funcionó el boca a boca- y la parte emocional que conlleva el sentirse bien. «La persona que viene aquí sale feliz, positiva. Eso es lo que queremos transmitir. Vestimos a cualquier mujer a la que le apetezca ir diferente, tenga 20 años u 80, como sucedió el otro día con un cumpleaños», comparte agradecida. Preguntada por los errores de los looks de invitada, perfil al que mayoritariamente se dirigen, se muestra firme: «No hay ninguno si una está segura de lo que lleva. La actitud es clave cuando quieres que tu estilismo sea memorable».

Mientras su vida personal se asentaba en Santiago -casada con un médico del CHUS, tiene una hija de 11 años-, su trabajo se reafirmaba en el mundo de la moda con colecciones que arrastraban a la tienda a personas de todo el país. Paula Pérez pone el foco en las continuas líneas de negocio creadas y, desde el 2016, en una colección propia, de intenso colorido, y solo disponible en el propio espacio y en otras dos tiendas de Dubái y México. «Intentamos personalizar la ropa para cada cliente. Al final el lujo es la exclusividad», defiende mientras muestra una atrevida mascarilla, uno de sus demandados complementos que ya lucieron, entre otras, la atleta Ana Peleteiro o la actriz Marta Hazas.

La diseñadora echa la vista atrás y no olvida los infinitos momentos que la motivaron, como la visita de Jean Paul Gaultier a la tienda de gran personalidad que montaron en verano en Ibiza. «Eso fue un reconocimiento absoluto», desliza complacida. De forma destacada también nombra los casting con «mujeres reales» que hacen para revistas como Vogue Novias. «Poder ver la voluntad de una chica en silla de ruedas que vino desde Jerez para participar, eso te convence de que tu trabajo vale la pena», refuerza con emoción.

Gaultier posa con Carla Pérez, la otra fundadora de Elsavadeboda, en la tienda efímera que montaron durante los veranos en Ibiza
Gaultier posa con Carla Pérez, la otra fundadora de Elsavadeboda, en la tienda efímera que montaron durante los veranos en Ibiza

Ya sobre su relación con Santiago, ciudad donde lleva desde los 13 años, revela que tuvieron ofertas para irse, incluso de una cadena de Catar. «Es posible que ahora en Madrid surjan nuevas opciones al trabajar mi hermana Carla ya desde allí, con nuevos servicios, pero nunca renunciaremos a Santiago», sostiene. «Para mí es prioritario la calidad de vida», insiste la creadora quien subraya que «lo importante es ser feliz porque luego eso lo vas a trasladar a todo el mundo». Ella lo consigue.