El bar que llegó para alegrar la desescalada

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Sandra Alonso

StreetGarden abrió sus puertas en Bertamiráns cuando apenas nadie se atrevía aún, en la fase 1

26 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando el azote del covid empezaba a cobrarse los primeros cierres definitivos en la hostelería local, llegó un bar para alegrar la desescalada. StreetGarden abrió sus puertas en Bertamiráns (Ames) cuando apenas nadie se atrevía aún. Solo un puñado de valientes plantaron cara a ese agujero negro desde sus terrazas en la fase 1 y, entre ellos, este nuevo local. Tras él están Manuel Fernández Hermo y Raúl Insua Villar, dos amigos de la localidad que se lanzaron a emprender en el peor momento. «La inauguración estaba prevista en abril y el estado de alarma nos cogió en medio de la reforma. Suerte que los autónomos que la hacían pudieron venir poco a poco para completarla y abrimos el 21 de mayo», cuenta Manuel, al que muchos conocen como encargado de Óptica Hermo. Tanto él como su socio habían trabajado en la hostelería y echaban en falta en la zona de Bertamiráns «una opción para tomar el vermú sin tener que desplazarte hasta Santiago, que es lo que nosotros hacíamos. La intención es animar el fin de semana al mediodía, no por la noche, con conciertos dentro; si nos lo permiten». ¿El espíritu del StreetGarden? «Lo que queremos es, sobre todo, ofrecer un buen café de mañana y un lugar con buen ambiente para gente de entre 30 y 50 años, en donde tomar desde el vermú del mediodía los sábados y domingos hasta un cóctel o copa bien servida», destacan. Reconocen que, tras la inversión hecha y con el negocio parado dos meses y medio, trabajar con el aforo limitado aún al 50 % y siete empleados en plantilla, ha sido todo un reto. Pero, dentro de lo que cabe, «está funcionando muy bien», reconocen. Ayuda que Manuel y Raúl tengan una buena red de amigos y que su bar fuera de los pocos abiertos hasta ahora los viernes y sábados por la noche, por lo que por allí se pasaron hasta vecinos de Boqueixón. Con licencia hasta las tres de la mañana, aclaran no obstante que «esto no es un pub y no lo vemos como una opción nocturna. De hecho, la gente pide la música alta y eso no va con el estilo chill out que queremos».

Maggy, ya en casa

¿Se imaginan verse atrapados a miles de kilómetros de su hogar durante el clímax de la pandemia? Pues esto, precisamente, fue lo que le ocurrió a Maggy Rey, que por fin regresó este fin de semana a Bélgica para abrazar a su marido Steven, a sus hijos y nietos, León y Cruz. Esta belga de raíces gallegas aterrizó en Santiago el 15 de marzo. Vino a ver a sus padres, de 86 y 84 años, que viven en Caamaño, Porto do Son. Pero, con el tráfico aéreo paralizado por el coronavirus y tres billetes de vuelta cancelados desde Lavacolla, estuvo «más de tres meses atrapada en Galicia», recuerda. El regreso tuvo que ser a través del aeropuerto de Oporto y el viaje hasta allí «fue muy estresante, en taxi, porque no me podía llevar nadie que no fuera profesional. De hecho, en la frontera con Portugal nos pidieron los papeles tanto a mí como al taxista», relata. «El avión llegó con retraso y todos los que estábamos ahí pensábamos lo peor, que se cancelaría el vuelo. Pero, al final, embarcamos. Y yo más feliz que una perdiz», continúa. Sacando la parte positiva de estos últimos meses, Maggy subraya que pudo pasar el pico de la crisis sanitaria junto a sus padres y hasta reencontrarse con una amiga de la infancia, Cipriana Santamaría, a la que hacía 35 años que no veía.

Empanadillas de postín

La Cocina Económica de Santiago ha iniciado también su vuelta a la normalidad «tras estos meses de estado de alarma y de precariedad en los que no hemos cobrado a nuestros usuarios». Han contado, para capear el temporal, con el apoyo y donativos de distintas asociaciones, administraciones, arzobispado, empresas y particulares. Uno de los últimos en aportar su granito de arena fue el chef Marcelo Tejedor, distinguido con una estrella Michelín, quien entregó para la cena del lunes sus empanadillas chinas sobre milhojas de berenjena, que acabó de preparar Alberto en la cocina del comedor social. Allí los desayunos se siguen entregando de forma gratuita y mantendrán el reparto de comida hasta volver a dar servicio dentro de las instalaciones, si todo va bien, en septiembre.