Dos peregrinos completan el Camino desde Sarria en un día y medio

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Alberto López

«A xente quedaba moi sorprendida e celebraba o noso paso», cuentan Aarón Argudo y Luis Pérez Varela, quienes tenían previsto pasar la noche al raso y se encontraron con la solidaridad de un empresario arzuano

21 jun 2020 . Actualizado a las 22:46 h.

Vuelven los peregrinos al Camino de Santiago. Aarón Argudo Palacios, de Lugo, y Luis Pérez Varela, de Pontedeume, han sido de los primeros en lanzarse a la ruta jacobea. Estos dos amigos partieron ayer a las ocho de la mañana desde Sarria. «O obxectivo era facer os 117 quilómetros en menos de 36 horas e chegamos en 32», cuenta Aarón. «Gústannos as probas ao límite e os entrenamentos de endurecemento. De feito, os dous estivemos no Exército, en infantería da Mariña; pero facía tempo que non faciamos nada así», relata el psicólogo y tutor en la UNED.

Él pidió un día de asuntos propios en el trabajo para embarcarse en esta aventura junto a Luis, funcionario destinado en Barcelona. «Gustaríanos subir ao Mulacén e este era un bo adestramento», dicen. Aunque ambos habían realizado el Camino en otras ocasiones, «esta era a primeira vez por Sarria» y distinta a cualquier otra por la pandemia. «Atopamos todo practicamente pechado. Levabamos unha mochila con autonomía: tiñamos saco, esterilla, víveres, auga... A idea era durmir ao raso pero as 12 da noite, entre Melide e Arzúa, atopamos un bar cun albergue en construción, Fuente Saleta (en Boente), e deixounos pasar alí a noite como favor».

Los gallegos se encontraron un Camino Francés semidesértico, pero donde aún reina ese espíritu que lo engrandece. «A xente quedaba moi sorprendida e celebraba o noso paso. Iso tamén motiva para continuar», destacaba el lucense a su llegada a un Obradoiro aún a medio gas. «A chegada sempre é emotiva, pero esta vez pesaba máis o cansancio», reconocían estos amigos que, aunque agotados, con ampollas y dolores, superaron el reto.